Numerosos amigos y familiares, así como admiradores de la obra de Vicent Ferrer Guasch en general acudieron ayer a la galería Via 2 de Eivissa por un doble motivo: la inauguración de una exposición con unas 40 obras de la producción reciente del más veteranos de los pintores en activo de la isla, y para felicitar al maestro de los blancos por su 90º cumpleaños, que justo se celebraba ayer. Aunque sin tarta, por expreso deseo del artista, a pesar de que los responsables de la galería tenían intención de ofrecérsela.

Mucha gente, pues, para poder disfrutar de las nuevas pinturas de Ferrer Guasch, pero hay tiempo para hacerlo, ya que la exposición estará abierta al público hasta el próximo 2 de junio. Obra nueva, pero siempre dentro del conocido y reconocido estilo de este recién estrenado nonagenario que, como insiste cada vez que tiene ocasión, sigue trabajando diariamente, «algo que aconsejo a todos los que tienen más de 80 años», pues el artista ibicenco defiende a capa y espada que los mayores «tengan una actividad compatible con su edad»; por lo que echa en cara a los políticos que los «manden al almacén de las residencias, donde los pobres viejos que están allí van como sonámbulos».

Aparentemente, la pintura de Ferrer Guasch parece fijada ya en su impronta y estilo; resumido sobre todo en su querencia y defensa de la arquitectura tradicional ibicenca. Pero, según asegura, ponerse diariamente ante una tela en blanco es un desafío continuo al que no piensa renunciar mientras le queden fuerzas para sostener los pinceles: «Porque no he llegado nunca a encontrar lo que ando buscando en pintura», reconoció con humildad y afán de perseverancia en la presentación de la primera exposición en Eivissa de su flamante novena década de exigente creador.