A. CASTAÑO / J. HERRANZ

La exposición Walter Benjamin a Eivissa, 1932-1933 recupera una importante colección del material gráfico y escrito de la estancia del filósofo en Sant Antoni de Portmany, además de testimonios de las personalidades con las que trató el filósofo. La muestra pudo verse el pasado marzo en Eivissa y, desde ayer, se presenta en el Casal Solleric de Palma, donde permanecerá hasta el 7 de junio.

En el 75º aniversario de la primera estancia de Benjamin en Eivissa, el Institut d'Estudis Baleàrics (IEB) y la conselleria de Cultura del Govern balear han querido mostrar la influencia de la Isla en la vida y obra del pensador alemán. Dos de los aspectos que más llamaron la atención a Walter Benjamín fueron la arquitectura mediterránea y la narrativa popular, esta última gracias a los estudios de cuentos y leyendas ibicencos de su amigo Jakob Noeggerath.

La exposición recorre siete ámbitos temáticos, en los que se hace un retrato de su historia en la isla y de las impresiones sobre el paisaje y la arquitectura ibicenca. También se habla de su exilio y de su segundo regreso en 1933, cuando huía del régimen nazi; de la narrativa popular; de los escritos y lecturas de Benjamin en Eivissa y de su círculo de amigos, principalmente procedentes de la colonia alemana, pero también de figuras como Jean Selz, Paul René Gauguin o Maximilian Versphol.

Un reflejo de la influencia de la tradición oral ibicenca en Benjamin son sus escritos Serie de Ibiza, aún no traducidos al catalán. Para la ocasión, se ha editado un completo catálogo de la muestra en dos idiomas, catalán y alemán. La exposición viajará a continuación a Munich y está previsto que pueda exhibirse en Francfort y Berlín.

La exposición sobre el malogrado escritor y filósofo judío alemán (se suicidó en la frontera franco-española, huyendo de la Gestapo) está basada en el libro Experiencia y pobreza. Walter Benjamin en Ibiza. 1932-1933, del poeta ibicenco Vicente Valero, comisario de la muestra.