El mediocre pintor de paisajes que fue Hitler calificaba de arte degenerado al que hacia toda la vanguardia de los inicios del siglo XX. Con tal premisa se comprende mejor Un Picasso, la obra de Jeffrey Hatcher que José Sacristán dirige y protagoniza el próximo 1 y 2 de mayo en Can Ventosa, en la que será la primera vez que actúe en Eivissa. El popular actor y -en menor medida- director comparte escenario con Ana Labordeta, reconocida actriz de la escena y la televisión para dar vida a una historia basada en una anécdota real sobre la que el dramaturgo norteamericano especula en una producción que en España ha abordado Metrópolis Teatro.
Así, Un Picasso parte de una anécdota conocida en la biografía del genial pintor malagueño: se sabe que durante la ocupación naci de París, un día Picasso es detenido a la salida del restaurante Les Catalans, donde solía comer y celebrar tertulias con sus amigos, por unos soldados alemanes. Hasta ahí la anécdota real. Sobre lo que pudo pasar a continuación parece que no hay noticias fiables, por lo que Hatcher conjetura la siguiente posibilidad: El artista es lleva a un subterráneo para ser interrogado por una funcionaria del Ministerio de Cultura para que reconozca y certifique que tres cuadros presuntamente suyos son auténticos. Entonces Picasso se encuentra con la sorpresa de que la funcionaria alemana es crítica de arte, amante de su pintura, lo sabe todo sobre él y lo que pretende es que sus picassos sean quemados en una gran hoguera junto a todo earte degenerado que tanto odia Hitler.
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