R.C.

«Si algunos amuletos han superado barreras culturales y temporales, incluso más allá de los límites físicos impuestos por la geografía, esos son los amuletos egicpios y, entre ellos, quizás sea el escarabeo (amuleto con forma de escarabajo) aquel que mayor popularidad ha alcanzado», asegura la doctora Ana Mª Jiménez, que ayer impartió la última conferencia de las Jornades d'Arqueologia Feniciopúnica en la sala de cultura de Sa Nostra.

Uno de los grandes propagadores del escarabeo a otras civilizaciones fue el mundo feniciopúnico, «que tan cercano a Egipto en todos los sentidos, se encargó de favorecer esta difusión por las orillas del Mediterráneo». La doctora Jiménez apunta varias razones a la expansión de este amuleto. «Por una parte, hay que contar con la inquietud de la cultura nilótica por la magia y la creación de complejos amuletos... El interés mostrado por estos productos no dejaba de tener una clara vertiente comercial; las posibilidades de que la producción de amuletos abría de cara a los nuevos mercados podían ser ilimitadas y los amuletos egicpios comenzaron a afluir por las costas mediterráneas». Ya en el mundo feniciopúnico el escarabeo pasa de ser un producto de intercambio a convertirse en una pieza mágica.

La doctora Jiménez analizó en su exposición la funcionalidad del escarabeo en el mundo fenicio-púnico que se ha podido averiguar a través de la arqueología, en tumbas, santuarios, templos, habitaciones privadas.

La doctora Ana Mª Jiménez s licenciada en Historia Antigua por la Universidad de Sevilla. Desde el principio se interesó por los aspectos sociales e ideológicos del ritual funerario fenicio, del que hizo su tesis. Este interés por el mundo fenicio se ha visto animado por la concesión de distintas becas de investigación en diversas instituciones arqueológicas y en la actualidad compagina su labor docente con las actividades arqueológicas.