J. H.

El claustro del Ayuntamiento de Eivissa presentó ayer un lleno notable para asistir al plato fuerte de la II Setmana Internacional de Música: la versión original del «Carmina Burana», según el 'Codex Buranus' del siglo XIII, servida por el prestigioso grupo Clemencic Consort, dirigido por su fundador, René Clemencic.

Tres voces masculinas y un buen número de instrumentos antiguos dieron vida a los siguientes bloques temáticos: «Cantos moralizantes y satíricos», «Cantos sagrados», «Cantos de primavera y amor», «Cantos de amores infelices», «Cantos de los jugadores» y «Canciones de comer y beber».

El origen de los «Carmina Burana» se remonta a la poesía medieval europea de los goliardos, nombre con el que se identifica a los clérigos errantes, a menudo poetas, pertenecientes a una orden cuyo origen es desconocido. Iban de un sitio a otro cantando ásperas críticas contra la sociedad, envueltas en la exaltación de una moral natural y el rechazo de las enseñanzas de la iglesia y las costumbres tradicionales. Un movimiento de rebeldía juvenil que se extendió por toda Europa. El descubrimiento a principios del siglo XIX en un monasterio de Baviera de 250 obras líricas en latín y alemán antiguo, volvió a ponerlas de nuevo en circulación.

El último concierto (mañana, 22,00 horas, claustro del Ayuntamiento de Eivissa) tendrá como protagonista a la soprano navarra Raquel Andueza, acompañada a a la tiorba por el sevillano Jesús Fernández, con un programa de música italiana del siglo XVII titulado «D'amore e tormenti'.

Andueza y Fernández tienen una amplia trayectoria en el terreno de la música antigua. La soprano ha actuado como solista en los principales festivales y auditorios de Europa, dirigida por grandes maestros.