«Con este acto sencillo, que es lo que el homenajeado hubiera
preferido, queda inaugurado el 'Any Portmany'». Con estas palabras,
previas al descubrimiento de una placa conmemorativa en el número
12 de la calle Joan Roman de Dalt Vila, donde nació, el alcalde de
Eivissa, Xico Tarrés, abrió ayer el amplio programa organizado por
el Ayuntamiento de Eivissa para celebrar el centenario del
nacimiento de Antoni Marí Ribas 'Portmany', justo el día de su
onomástica. «Era un hombre sencillo, muy inquieto en muchas cosas y
todos tenemos claro que fue el mejor dibujante que ha dado esta
tierra y uno de sus buenos pintores. Nos sentimos muy orgullos de
haber tenido como hijo de esta ciudad un personaje como Portamy»,
añadió Tarrés, quien recordó que hace dos años el Consistorio le
concedió a título póstumo la Medalla de Oro de Eivissa, en el 30º
aniversario del fallecimiento del artista.
Al acto asistió el sobrino, ahijado y heredero del artista,
Jaume Marí Torres; representantes políticos, como la consellera de
Cultura, Carolina Torres, y algunos concejales del Ayuntamiento; la
directora del Museu d'Art Contemporani, Elena Ruiz; varios
pintores, entre ellos Antoni Pomar (compañero de Portmany en el
Grup Puget) y Antoni Prats Calbet, gran amigo del artista
homenajeado; poetas como Toni Roca y Bartomeu Ribes, más un buen
número de ciudadanos aficionados al arte y/o amigos personales de
Marí Ribas.
Tras las palabras del alcalde, intervino en el acto el sobrino
del artista, que agradeció al alcalde y al Ayuntamiento las
actividades organizadas para recordar a su tío y padrino. Le siguió
Antoni Pomar, quien recordó que había participado con Portmany en
varios certámenes y contó algunas anécdotas sobre el dibujante y
pintor. «Al principio hacía pintura industrial y luego se pasó al
óleo. Al principio tenía cierto defecto de perspectiva, pero como
era muy inteligente se las ingenio para aprender combinando la
línea de las cañas que usaba para dibujar con las del puente de
subida al Rastrillo, donde solía ponerse a trabajar». Recordando
que a veces compartían modelo, Pomar precisó que Portmany «era muy
experto en las sombras, el movimiento, el gesto y la acción, dando
a sus composiciones una energía muy fuerte, lo que hace que todavía
estén tan vivas».
Por su parte, Antoni Prats Calbet aseguró que Marí Ribas era «un
gran amigo, una persona especial y encantadora, aunque con él no se
podía discutir. Su obra representa la Eivissa que se perdió para
siempre, la que él captó de una manera fantástica», subrayó.
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