Tres grandes exposiciones, que traerán a Barcelona una parte importante de las colecciones de los museos Picasso de París y Antibes, serán los ejes del Año Picasso 2006, con el que se conmemora el centenario del regreso del pintor malagueño a Barcelona y su posterior viaje a Gósol.

La directora del Museo Picasso de Barcelona, Maite Ocaña, recordó ayer que «2006 no es sólo el 125 aniversario del nacimiento de Picasso, sino también el centenario de la vuelta de Picasso de París a Barcelona». Y 1906, añadió es «la frontera del cambio, la mirada al primitivismo y la geometrización de las formas, es el inicio de la génesis de la obra más significativa del siglo XX, 'Las señoritas de Avignon', finalizada en 1907».

Sin la ambición de otras conmemoraciones como el Año Miró, el Año Dalí o el cuarto centenario del Quijote, el Ayuntamiento de Barcelona pretende con el año monográfico 'Picasso 2006 BCN' «reflexionar sobre el tránsito del pintor malagueño hacia la vanguardia y su aportación a la historia del arte del siglo XX, así como sus vínculos con la Ciudad Condal, en la que vivió durante nueve años en la frontera entre el siglo XIX y el XX».

La primera gran exposición, «Picasso. La pasión del dibujo» (febrero-mayo de 2006), actualmente abierta al público en el museo parisino del pintor malagueño, reunirá más de 300 obras, que revelan el lado más íntimo de Picasso, su auténtico «laboratorio de experimentación».

Poco después de su exhibición en el Museo Picasso de Málaga, el museo barcelonés acogerá entre julio y octubre del próximo año la muestra «Los Picassos de Antibes», compuesta por un centenar de obras del museo de Antibes aprovechando el cierre de este centro por obras de remodelación de su sede, el castillo Grimaldi.

La tercera exposición temática, que se exhibirá en Barcelona entre noviembre de 2006 y febrero de 2007, tendrá como protagonista la relación de Picasso con el mundo del circo durante toda su vida.

«Picasso 2006 BCN» se completará con la representación en el Gran Teatro del Liceo (22 y 23 de octubre), con un bailarín solista de excepción, Igor Yebra, de tres ballets en los que Picasso diseñó los vestuarios y decorados: «Parade», que ya se presentó con mucha controversia en la ópera barcelonesa en 1917, unos meses después de su polémico estreno en París; «Icaro»; y «El sombrero de tres picos», en el que colaboró con Léonide Massine y Manuel de Falla.

La Orquestra Simfònica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) interpretará en febrero de 2007 en el Auditorio barcelonés una versión concierto de «El sombrero de tres picos (El tricornio)», y el mismo mes la Orquesta Nacional de España (ONE) ofrecerá un concierto de «La vida breve».