«Las relaciones de la isla siempre van ligadas al norte de Àfrica. Durante el Imperio Romano, a Roma le interesa mucho el norte de Àfrica y una de las puertas es a través de las Pitiüses», revela Santiago Padrino, autor del libro «Una aproximación a la circulación monetaria de Ebusus en época romana», que figura dentro del catálogo de publicaciones 'Treballs del Museu Arqueològic d'Eivissa i Formentera.

«Es una enorme satisfacción que vea la luz un nuevo trabajo de investigación», dijo ayer Jordi Fernández, director del Museu Arqueològic, acerca de esta publicación, que sale a luz tras tres años de trabajo, en la que se hace una clasificación numismática de 731 monedas de la época romana provenientes de las Pitiüses, la mayoría de ellas de Eivissa. La idea de realizar este trabajo de investigación surgió de un trabajo previo sobre catalogación de monedas que realizaba Santiago Padrino en Eivissa con una beca del Govern.

El estudio refleja la importancia que como enclave comercial jugaron las Pitiüses durante el periodo romano. «Hemos pretendido ver como se nutrían las dos islas de material numismático para la circulación», explicó Padrino. Así, con este trabajo de investigación se comprueba cómo van cambiando las relaciones de Eivissa con el Mediterráneo a través del periodo romano: desde la caída de la segunda guerra púnica, las primeras monedas romanas que llegan a las Pitiüses, hasta la invasión vándala (año 455 d.C).

El autor de este trabajo destacó que «el libro en sí es un total descubrimiento, porque generalmente los estudios que se han hecho estaban muy encajonados y casi siempre se miraba a la península ibérica, pero nosotros hemos creado un patrón de la moneda que está en Eivissa y se ha mirado los lugares más próximos». Así, se ha descubierto una moneda de Pérgamo, «que en España no hay» con lo que se detectan contactos comerciales con Oriente. «Eso es algo impensable», precisó el autor de este trabajo. Otras de las incógnitas sin aclarar es que mientras en la península cesa la llegada de moneda en el año 398 pero en Eivissa llega hasta el año 450. «Nos parece curioso este hecho para los hispanistas», concluyó.