La Extensión Universitaria de Eivissa acogió ayer la segunda conferencia del VII Curs de Cultura Populars de les Pitiüses, que corrió a cargo de Vicent Marí Serra 'Palermet', con el tema «Usos de la canya a la pagesia pitiüsa». Hoy será el turno de Jaume Escandell, quien hablará sobre «Paraula i música: el fenomen de la cançó tradicional a les Pitiüses».

En su exposición, el experto en cultura popular pitiusa destacó que «los principales usos de la caña son a nivel de agricultura y de construcción»; una tradición «que todavía se mantiene en las construcciones de la payesía que recuperan cubiertas o vallas», precisó, añadiendo que su uso ha menguado en la actualidad, salvo para hacer cañizos.

Palermet explicó que los cañaverales crecen «donde hay agua y humedad; torrentes y lechos de torrentes o márgenes de huertas. Los que hay llevan siglos plantados. Una caña es un tallo de hierba que dura tres o cuatro años, pero va rebrotando, de forma que las cañas viejas se pudren si no se recogen. Lo normal era cortarlas cada año, porque al segundo le salen brotes a los lados y ya no son tan útiles», subrayó.

Preguntado por este periódico por la caña de azúcar, Vicent Marí recordó que «no tiene nada que ver con esta, sólo en la forma. Aquí hay alguna como planta de jardín, por decoración; como quien tiene una planta de café. Antes había mucha gente que, como iba a Cuba a trabajar en las plantaciones de azúcar, al volver traían cañas de azúcar y plantaban algunas, pero lo hacían más bien como recuerdo de su viaje a aquella isla».

El que sí es un uso de la caña autóctona, aunque casi perdido hoy día, es para la fabricación de juguetees y hasta toscos instrumentos de percusión; actividad que solían realizar los abuelos para los retoños de la familia.

Otros usos de la caña señalados por Marí Serra son para la fabricación de instrumentos musicales clásicos; «aunque en este caso se necesita una caña especial», concluyó Palermet.