Gisela Broner, viuda del pintor y arquitecto alemán Erwin Broner, falleció el pasado junio a los 93 años.

El testamento de Gisela Broner no ha deparado grandes sorpresas, según ha podido saber este periódico. Firmado en julio de 2003, la última voluntad de la viuda del pintor y arquitecto Erwin Broner ha sido que el Ayuntamiento de Eivissa herede la Casa Broner y dos viviendas más, también en sa Penya; que el Col·legi d'Arquitectes pitiuso lo haga de todo el material relativo a su labor de arquitecto; que lo que quedaba de la obra pictórica de su marido sea para Cati Verdera, responsable de la galería Van der Voort y amiga íntima de la viuda durante muchos años; y que el dinero (metálico y en otros activos) sea para la rumana María Boca, «en agradecimiento por los cuidados y atenciones que le ha venido dispensando en esta etapa de su vida», precisa el testamento.

Los bienes inmuebles que recibe el Ayuntamiento de Eivissa, lo son «a fin de que integre el patrimonio cultural de la misma, y para que se destine a usos culturales en general, y especialmente para la promoción de la recuperación del patrimonio arquitectónico, histórico y artístico de la Ciudad de Eivissa». Se refiere a la Casa Broner, propiamente dicha, y a dos viviendas que el Ayuntamiento incluirá en un paquete de 22 casas de la zona de sa Penya (llegadas al Consistorio por distintos motivos) que gestionará los Servicios Sociales.

El Col·legi d'Arquitectes pitiuso se hará cargo «de la totalidad de la obra arquitectónica del que fue su marido, relativa a todos los campos de la arquitectura, diseño y dibujos de obras, estudios y artículos de arquitectura; la totalidad de planos, proyectos, estudios, maquetas y fotografías». Además, Gisela Broner lega a esta institución con sede en Can Llaneras (Dalt Vila) «la propiedad intelectual sobre la totalidad de la obra arquitectónica descrita anteriormente, para su difusión, promoción y divulgación con carácter tanto gratuito como oneroso, a todos sus efectos, incluyendo todo tipo de reproducción y divulgación cultural».

Por lo que hace a lo legado a María Boca, el testamento de Gisela Broner especifica que la «instituye heredera de la totalidad del dinero, efectos bancarios, títulos y activos bancarios que tenga en España, tanto en metálico como en cajas de seguridad, cuentas de ahorro, cuentas de depósitos, fondos de inversión o similares, en cualquier tipo de banco, caja de ahorro o institución financiera».

De todos estos bienes, destaca la conocida como Casa Broner, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Ubicada en la travesía de sa Penya, incluye una planta baja de 21 metros cuadrados y otra planta de 111 metros cuadrados. Erwin Broner compró el terreno, ubicado al pie del baluarte de Santa Llúcia para construir en él en 1960 el que sería su domicilio y estudio hasta su muerte, en 1971; y el que ha sido el de su viuda hasta casi su fallecimiento.