Un premio para dos investigadores. Izquierda, Antonio Espino, uno de los ganadores del Premi Vuit d'Agost d'Investigació 2005, durante la entrega del galardón el pasado domingo en Sant Miquel. Derecha, Joan Piña, que comparte con Espino los 3.700 euros de dotación del premio.

El Premi Vuit d'Agost d'Investigació, que convoca la Conselleria de Cultura, tuvo este año dos ganadores que se han repartido los 3.700 euros con los que está dotado el galardón, más la publicación del trabajo. Sólo se presentaron tres obras, la tercera (recomendada por el jurado para su publicación) es un ensayo de Felip Cirer sobre el «Bisbe Sió», nombre con el que lo presentó. El libro de Antonio Espino (escrito en castellano) se titula «Los gobernadores de Ibiza en el siglo XVII. Política y guerra en un enclave del Mediterráneo». Profesor de Historia Moderna en la Universitat Autónoma de Barcelona, tiene ya publicado otros dos libros sobre historia: «Cataluña durante el reinado de Carlos II. Política y guerra en la frontera catalana (1679-1697), y «Guerra y cultura en la época moderna. La tratadística militar hispana en los siglos XVI y XVII».

Según explicó a este periódico, presentarse al premio tuvo razones íntimas: «El hecho de que mi novia sea ibicenca, venir habitualmente a la isla, y tener cerca el magnífico Archivo de la Corona de Aragón, me empujo a investigar la historia de Ibiza en la vertiente que me resulta más grata». En cuanto al trabajo premiado en sí, destacó que lleva trabajando un tiempo sobre la época de Carlos II (1665-1700). «Me interesa la problemática de la defensa, las relaciones entre la población civil y los militares en los siglos XVI y XVII. En su momento ya le había dedicado a la guerras en Cataluña en estas épocas mi tesis doctoral. Ahora me he centrado en los antiguos reinos que configuraban la Corona de Aragón», precisó.

Por su parte, Joan Piña es ibicenco, licenciado en Historia, «y es el primer trabajo largo que hago», apuntó. «Cuando estudiaba en Barcelona, el tema que más me gustara era el de los municipios de la Edad Media, que estaba muy poco trabajado. Y como en el archivo de la Corona de Aragón sospechaba que había un filón, en el último año de carrera empecé a buscar documentación y lo que encontré superó de mucho mis expectativas», explicó a este periódico, añadiendo que «he tardado tres años en hacerlo».