El parque Reina Sofía acogió ayer un concierto de Diego El
Cigala centrado en su archi famoso disco «Lágrimas negras», grabado
junto al prestigioso pianista cubano Bebo Valdés. La velada estaba
organizada por la Fundación Castells, de la que es presidente
Carles Montoliu, barón de Albí, dentro de la XVII edición del ciclo
Música als Castells, cuyas últimas ocho ediciones ha incluido a
Eivissa en el circuito de conciertos por castillos emblemáticos de
Cataluña.
Como contó ayer este periódico, al parecer ciertos malentendidos
provocaron que a última hora el pianista que tenía que acompañar a
Cigala, Chucho Valdés, fuera sustituido por Jaime Calabuig, más
conocido como «Yumitus». Un cambio que no supuso ningún problema,
según explicó ayer a este periódico Ramón Jiménez Salazar, que tal
es el nombre de pila del reconocido cantaor. «De Yumitus sólo puedo
decir que es un genio. Un gitano de Barcelona, sobrino del genial
Moncho, el rey del bolero. Toca el piano que te mueres»,
precisó.
Además de Yumitus, acompañaron a Cigala Sabú Suárez Escobar
(percusión), Yelsy Heredia Figueras (contrabajo), Manuel Parrilla y
Juan José Suárez Escobar (guitarras). «Claro que Yumitus me ha
acompañado otras veces, si no no lo traería. No hay pega ninguna;
hay lo que suena en el disco», afirmó con seguridad Cigala,
añadiendo: «Nos sentimos cómodos todos; esa es la base fundamental.
Para tocar agusto te tienes que sentir agusto también con los
músicos que trabajas, porque si no no transmites. Aquí hay buen
rollito y espero que la gente lo note».
Fue el primera vez que Cigala actuaba en Eivissa. «Sí, y estoy
muy feliz, very happy», añadió con guasa. El concierto no se limitó
sólamente a las canciones del millonario «Lágrimas negras». «Haré
algunos temillas de flamenco, unas pinceladas, como un regalo.
Serán un par de temas del nuevo disco, que saldrá al mercado a
mediados de septiembre. Se llamará 'Cigala canta a Picasso'. Se lo
dedicó porque es un artista del que me interesa tó. Y además de ser
el mejor pintor del siglo era también muy flamenco», aseguró.
En los planes de Diego El Cigala figura seguir, por lo menos un
disco más, con los boleros. «Sí; grabaré la segunda parte de
'Lágrimas negras', aunque no sé aún si será con Bebo. Me apetece
seguir con los boleros, porque me encuentro muy agusto con ellos,
no dejo de ser flamenco y a la gente le encanta». Y es que su voz
puede acoger también otros estilos, incluso el tango argentino,
como demostró en el tema 'Niebla de riachuelo'. «Mientras ponga en
ello mi personalidad y el sello de lo que es flamenco, sin perder
tu estilo ni la raíz de donde vienes, es perfectamente
posible».
El Cigala no oculta la querencia que de siempre ha sentido por
José Monge, Camarón; una herencia que ha sido señalada por los
flamencólogos. «Soy camaronero; de siempre he muerto con él. Me
gusta mucho ser gitano y él ha sido el mejor de todos los tiempos»,
apuntó ayer a este periódico antes de su primer concierto ibicenco.
Aunque, matizó, que pese a que «los dos somos flamencos, las cosas
que yo llevo haciendo ahora (lo de Lágrimas) no tiene nada que ver
con lo que hacía él, desde luego».
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