Defender los derechos de los directores sobre su obra, una vez que ésta está terminada y comienza su carrera comercial, y denunciar los atentados que se cometen contra la obra por parte de distribuidores, exhibidores y televisiones centra el contenido del documental «Cineastas contra magnates», de Carlos Benpar.

El origen de este proyecto surgió en 1987, cuando se celebró en Barcelona un congreso sobre la preservación de la obra cinematográfica en el que el director Fred Zinnemann leyó un manifiesto, que luego se conocería como la Declaración de Delfos, en el que ser reivindicaba el derecho del director a que su película llegase al público tal y como había sido realizada. Así lo relató ayer Carlos Benpar durante la presentación a la prensa de este documental, que se estrena el viernes.

«En 1987 todavía no tenía un proyecto en firme, sólo ideas. La empecé a preparar en 2000 y el rodaje se realizó en 2002», relata el realizador, que ha contado con los testimonios de cineastas como Woody Allen, Milos Forman, Sydney Pollack, Stanley Donen, o Luis García Berlanga. Además de recoger imágenes testimoniales de otros ya fallecidos como John Huston, Federico Fellini o Burt Lancaster.

Un grueso material que se utilizará también para la segunda parte de «Cineastas contra magnates», una secuela que «está prácticamente hecha, puesto que hemos hecho el rodaje como si se tratase de un solo filme», indica Benpar. Añade que para esta primera entrega ha elegido temas como la exhibición de filmes en distintos formatos de los que han sido concebidos, la coloración de películas clásicas o las interrupciones publicitarias. En la segunda parte, hablará del doblaje y del corte final del director, entre otros temas.