«Juana» plasmó en ópera moderna la tragedia de la reina que pasó a la historia como «la loca», una mujer traicionada por tres reyes -su padre, su esposo y su hijo- y que hundió al hombre que quiso derribar sus prisiones, el Comunero. Enric Palomar, compositor de la música, y Rebecca Simpson, autora del libreto, estrenaron anteanoche su obra en el Opernhaus de Halle (este de Alemania), cuyo público se metió en el juego de la ópera en español con subtítulos en la España que dejaron los Reyes Católicos, Isabel y Fernando.

Una empresa arriesgada, apuntalada en seis voces -encabezadas por la berlinesa Ursula Hesse von der Steinen y el valenciano Germán Villar, Juana la Loca y Juan de Padilla- y seis músicos, así como una escenografía que combina la historia y la abstracción histórica.

La «Juana» de Palomar no es la reina loca de amor por Felipe el Hermoso, sino la mujer encerrada de por vida en la ciudad vallisoletana de Tordesillas, con su hija la Infanta Catalina como única aliada y a la que un buen día viene a liberar Juan de Padilla, al frente de la revuelta de los Comuneros.