Vicente Ribas, en una imagen de hace dos años.

Vicente Ribas Ribas falleció ayer a los 74 años a consecuencia de un cáncer en el hospital de Can Misses, donde estaba ingresado desde hacía varias semanas. La noticia de la muerte de uno de los personajes más conocidos y representativos de la época dorada de Eivissa corrió ayer rápidamente por la isla y fuera de ella, ya que el número y la categoría de muchas de sus relaciones eran del resto de España y del extranjero. Colaborador durante los últimos cuatro años de Ultima Hora Ibiza y Formentera en su sección dominical «La memoria indiscreta de Vicente Ribas», fue durante largo tiempo protagonista, testigo y cronista de la vida social, festiva y cultural de Eivissa. Todo un personaje de una época irrepetible, que (sin serlo profesionalmente), llegó a ejercer como uno de los mejores relaciones públicas que haya tenido nunca Eivissa.

Vicente Ribas era licenciado en Derecho, aunque nunca llegó a ejercer la carrera. Su vida laboral, en sentido estricto, la llevó a cabo al frente de Viajes Barceló. Pero tuvo bastantes otras ocupaciones al margen de su trabajo culinario: Fue secretario de Cultura del Fomento de Turismo y el responsable de las Semanas Culturales, que trajo a la Eivissa destacadas figuras nacionales e internacionales de varios campos artísticos. También destacó en su trayectoria los Encuentros Cinematográficos, que tuvieron notable resonancia dentro y fuera de la isla. O los años en que dirigió (junto a su propietario) la galería Ivan Spence, en Dalt Vila; toda una referencia emblemática en Eivissa del arte de vanguardia en los 60 y 70. Durante muchos años presidió las Juventudes Musicales, y bajo su gestión se hicieron populares los conciertos anuales por todas las parroquias de la isla de la Orquesta de Cámara de Amberes. O, con motivo del 25ª aniversario de la creación del Consell, la coordinación de una exposición sobre la moda Ad-lib.

Una personalidad entusiasta y activa, que hasta el último momento estuvo madurando proyectos en los que había puesto mucha ilusión. Entre ellos, una gran exposición sobre Elmyr D'Hory, un homenaje del que ya dio un adelanto el pasado verano con la que organizó el pasado en el hotel Pachá, dedicada también a Smilja Mihailovich, otra personalidad singular y relevante de los años dorados de la isla. También tenía en cartera recoger en un libro las entregas publicadas en este periódico de sus dispersos y selectivos recuerdos.

Del amor incondicional de Vicente Ribas por su isla, pueden dar idea estas opiniones que dio al que esto escribe en una entrevista de hace 20 años: «Eivissa para mí significa todo. Yo, más que europeo, me siento muy mediterráneo. Veo este mar como si fuera un gran país limitado por los países de sus orillas, con sus múltiples culturas que, todas, dejaron en la isla una sedimentación que conforma su carácter. Entonces, de ese gran país que sería todo el Mediterráneo, Eivissa tendría que ser la capital».