Adrián Rosa durante la conferencia «Teória y práctica de la técnica de la pintura al fresco», que ofreció ayer en la sede ibicenca de la Associació d'Artistes Visuals de Balears (AAVIB), en la plaza de sa Drassaneta. Fotos: MARCOS TORRES

«Que quede claro, no es lo mismo la pintura mural que la pintura al fresco. La segunda es una técnica milenaria que consiste en una mezcla de dos partes de arena por una de cal, extendida normalmente sobre un muro, sobre la que se pinta cuando aún está fresco». Con estas explicación aclaratoria previa, Adrián Rosa inició ayer en la sede ibicenca de la AAVIB su conferencia «Teoría y práctica de la técnica de pintura al fresco», patrocinada por la Conselleria de Cultura con la colaboración del Ayuntamiento de Eivissa.

Para mostrar cómo se ejecuta un «fresco», el veterano pintor ibicenco trajo de su estudio una baldosa grande, con la mezcla de arena y cal preparada previamente. La vertió sobre la baldosa con una paleta de albañil y pintó sobre ella una pequeño bodegón; «un método muy parecido a la manera de pintar con acuarela», precisó.

En cuanto a la parte teórica e histórica del fresco, Adrián Rosa explicó que tiene una tradición de unos tres mil años de antigüedad. «Se encuentra ya en Mesopotamia, y los griegos también la usaron mucho; aunque no tanto como los romanos. De las testimonios que han llegado hasta nosotros, destacan los de Pompeya, que quedaron sepultados por la lava tras la destrucción de la ciudad en el 79 d.C. por la erupción súbita del Vesubio». Una técnica realmente resistente, como duradera es otra técnica que le hace la competencia, la encáustica, «pintura a la cera, que combate muy bien la humedad. Hay cosas egipcias pintadas a la cera», precisó.