Para algunos visitantes ha sido «la mejor feria de estos seis años», mientras que otros consideran que la sexta edición ha sido «más floja» que la de 2004. El caso es que, a pesar de la disparidad de opiniones, no hay duda de que la Fiesta Medieval sigue teniendo mucho éxito entre los turistas y la población pitiusa, que han aprovechado el fin de semana para sumergirse durante unas horas en pleno Medievo. Más de 100.000 personas han paseado en estos tres días por la Marina y Dalt Vila para visitar los más de 200 puestos del mercado. El día posiblemente más concurrido fue ayer, especialmente a partir de la tarde.

La ampliación de la feria a la Marina y la nueva distribución de los puestos ha permitido que no se produjeran tantas aglomeraciones y que el tráfico de viandantes fuera más fluido. A pesar de la polémica que originó en principio, muchos de los comerciantes de artesanía ibicenca y de los talleres de oficios tradicionales coincidieron en señalar que la nueva situación les ha favorecido. Precisamente muchos de los visitantes que ayer pasaron por el mercado destacaron que «la distribución ha sido mejor que otros años» y que se habían visto «muchos puestos nuevos». También destacaron que este año habían notado más afluencia de gente, una opinión que también compartieron muchos feriantes, como Verena, encargada de un puesto de sombreros ubicado en la calle Antoni Palau. Pero no todos fueron tan optimistas, en puestos de comida de la calle de sa Carrossa algunos aseguraron que las ventas habían sido menores que otros años y que se notaba que había bajado el número de personas. Otros feriantes, que era la primera vez que estaban en la feria, hicieron un balance muy positivo de los tres días y aseguraron que de todos los eventos del mismo tipo en los que habían participado en toda España, el de Eivissa era de los más grandes y de los más bonitos por el entorno en el que está ubicado.

En la última jornada de la fiesta conmemorativa de la declaración de Eivissa como Patrimonio de la Humanidad diversas actividades lúdicas amenizaron el mercado como los pasacalles con 'sonadors' de Eivissa, el concierto de la banda Ciutat d'Eivissa y diversos espectáculos teatrales. Los fuegos artificiales pusieron el broche de oro a la celebración medieval. M.A.