Kennedy busca en una exposición el 'Equilibrio vertical, plástico y filosófico'

Lo de «equilibrio vertical», porque «es evidente que la pintura es una línea vertical, algo que he aprendido durante 20 años de mi vida, que ya está en los 60. Plástico, porque hay que ver la pintura; y filosófico, porque es una filosofía que adapto a mi evolución, pero salvajemente autodidacta». «Soy consciente que mi forma de trabajar es de un desequilibrio total; tamaños, formas, métodos, mezclas... Y poco a poco he ido buscando el equilibrio, con la ayuda de este pensamiento de Aristóteles: «La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no en copiar su apariencia».

Con tal bagaje y con el reconocimiento que ha tenido por parte de la crítica y el público, Kennedy ha alcanzado una madurez artística que le permite asegurar que su pintura «son cuadros buenísimos, no tengo ninguna duda, porque ya sé de qué manea tocar la fibra y el alma de la gente. Si no fuera así me dedicaría a otra cosa, porque no lo hago por dinero. Aunque a partir del maestro Tàpies todos nos parecemos bastante en lo que pintamos, la verdad», afirmó el artista ibicenco.