Escena de «El mètode Grönholm», de Jordi Galceran, que será representada el sábado 30 en Can Ventosa.

El auditorio de Can Ventosa acogerá a las 21,30 horas del próximo sábado día 30 la representación de «El mètode Grönholm», de Jordi Galceran. El montaje de esta comedia cruel sobre los métodos inhumanos que aplican algunas empresas sin escrúpulos a la hora de seleccionar su personal corre a cargo de Sergi Belbel, uno de los grandes directores y dramaturgos de Cataluña. En cuanto al elenco artístico, también brilla con luz propia, ya que lo forma un cuarteto bien conocido y reconocido de la escena catalana: Jordi Boixaderas, Lluís Soler, Roser Batalla y Jordi Diaz.

Ya están a la venta en Can Ventosa las entradas para uno de los grandes éxitos teatrales de la temporada, tanto en la versión catalana que ahora llega a Eivissa tras triunfar en la cartelera de Barcelona, como en la versión castellana, que sigue en cartel en Madrid.

«El mètode Grönholm» cuenta las peripecias de cuatro candidatos (tres hombres y una mujer) en la fase final de unas pruebas poco convencionales que ha organizado una multinacional importante para contratar a un alto ejecutivo. ¿A qué están dispuesto a renunciar para conseguir el puesto? ¿Hasta dónde llegará su esfuerzo y su lucha para obtener el puesto de trabajo soñado? ¿Cuáles son los límites morales de la actuación de los cuatro candidatos? Son preguntas claves en esta sátira feroz sobre la sociedad competitiva de nuestro tiempo en la que se mezclan sentimientos, ambiciones y envidias, siempre en los límites entre la realidad y la ficción, entre la mentira y la verdad.

Según ha explicado el autor, la idea de la obra le vino a partir de una anécdota real sucedida en Madrid no hace mucho tiempo: se encontró en la basura un montón de solicitudes de trabajo para una cadena de supermercados en las que el departamento de Personal había anotado la impresión que le iban causando los candidatos: «Extranjero gordo», «ésta no, por gitana y por fea», «gordita con granos», «está como una regadera, padre alcohólico», y otras perlas de este cariz y sensibilidad. «Imaginé las chicas que aspiraban a ser cajeras de aquel supermercado intentando dar una buena imagen a aquel individuo, diciendo y haciendo lo que creía que esperaban de ella. Las imaginaba dispuestas a soportar hasta pequeñas humillaciones para lograr el puesto al que aspiraban... y eso es lo que hacen, hasta el extremo, los personajes de mi obra, que tiene ciertos puntos de contacto con uno de mis trabajos anteriores, «Paraules encadenades». Las dos obras parten de la crueldad. Si en aquella se aplicaba como el paisaje de las relaciones sentimentales, aquí la crueldad se manifiesta en las relaciones laborales», ha explicado sobre «El mètode Grönholm» su autor.