«Como no me gusta repetirme, cuando 'Sa Nostra' me propuso el
proyecto pensé en hacer algo nuevo y opté por hacerme fotos a mi
mismo, que siempre me tengo a mano y no dependo de nadie». Con
estas palabras, no exentas de ironía, resumió ayer a este periódico
Pepe Cañabate el móvil de su exposición «Autoretrat», que inauguró
ayer en la Sala de Cultura de «Sa Nostra». La muestra se
corresponde con el tomo 16 de la Col·lecció Fotògrafs a les Illes
que publica la entidad desde hace varios años y en la que ya han
aparecido varios fotógrafos ibicencos, como Toni Pomar y Carles
Ribas.
Un proyecto «que resultó más complicado de lo que pensaba en
principio», precisó Cañabate. «Es que me comí bastante el tarro.
Ten en cuenta que en la muestra hay 20 fotos, en el libro 40, pero
tenía 80 para seleccionar y un montón más hechas. Todas en
laboratorio y con toma directa; no hay ningún efecto especial, el
negativo tal cual. Lo que pasa es que las copias de la exposición
están hechas con ploter e inyección de tinta, pero todo es
analógico y con la misma película, reflex 1.200», explicó el
reconocido fotógrafo.
La singularidad del trabajo que ahora presenta Cañabate en
Eivissa es que las fotografías «están tiradas con todo tipo de
cámara: con descentramiento, con sistema sin objetivo, cámaras
especiales para hacer paisajes cuyo objetivo gira de izquierda a
derecha...». «Es un trabajo atípico dentro de mi producción, que es
más bien de carácter documental y publicitario; pero a raíz de esta
experiencia, siempre que hago fotos me tomo un autorretrato. Lo
encuentro divertido», precisó.
Las instantáneas del libro-catálogo guardan una notable
diferencia respecto a las placas expuestas en «Sa Nostra». «Aquí
las fotos están pegadas sobre tela con película termoplástica y
montadas sobre una plancha de aluminio. Un procedimiento que antes
se llamaba texturizado; un método en desuso que he vuelto a
recuperar, aunque transformándolo un poco para lograr unos brillos
y una textura muy particular y sugerente».
Hacía muchos años que Pepe Cañabate (Palma, 1952) no pasaba por
Eivissa. «No voy desde el 78, en pleno movimiento hippy. En aquella
época la isla era una maravilla, la verdad. Ya hacía fotos, como
aficionado, y revelaba los negativos; pero estaba muy limitado de
posibilidades económicas, técnicas y de todo. Aunque al final, mira
por donde, la fotografía ha acabado siendo mi profesión, porque
vivo de esto, pero no de las exposiciones, desde luego», reconoció
autor mallorquín.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.