La torre de defensa de Platja d'en Bossa se convertirá en un
centro de interpretación de este tipo de edificaciones, según
informó ayer en declaraciones a Efe el responsable insular de
Patrimoni, Joan Marí Tur. El conseller confirmó el encargo de un
proyecto arquitectónico con este objetivo aprovechando que El
Consell será propietario de la torre una vez que se consolide la
cesión de terrenos de la familia Matutes.
Los representantes de esta familia cedieron hace unos meses a la
institución el 50 por ciento de las acciones de la empresa a la que
están vinculados los terrenos y la confirmación de la cesión está
pendiente únicamente de un acuerdo para el reparto de éstos con el
propietario del otro 50 por ciento. Una vez consolidada esta
cesión, Patrimoni espera que, además de la torre, pasarán también a
ser propiedad del Consell los restos del poblado fenicio de Sa
Caleta, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Esta torre, ubicada al final de Platja d'en Bossa y conocida
como de la Sal Rossa, fue construida en el siglo XVI y concebida
para la defensa y protección de los cargadores de sal, de donde
procede su nombre. Como las restantes torres de defensa, consta de
una planta baja y un primer piso, al que se sube por una escalera,
que en este caso es de caracol, con peldaños de una sola pieza de
«marés». Además, la cámara principal posee un hogar con chimenea y
una alacena. Este tipo de construcciones se levantaron con el fin
de vigilar la aparición de naves de piratas sarracenos que se
dedicaban a asolar y saquear los poblados de toda la costa del
Mediterráneo.
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