Paco Romero: «Jamás me he topado con una abstracción para poder pintarla»

-Si usted es del sur, ¿por qué ahora 'del nord'?
-Pues es verdad, no había caído. Bueno, quizás uno no es de donde nace sino desde donde mira. Yo me fumo siempre un cigarrito después de la siesta en un bancal de mi casa, que mira al valle de Corona, justo en dirección norte. Luego me voy a pintar; debe ser por eso.

-O sea, su obra está hecha en función de su hábitat doméstico.

-¡Por supuesto!. Y qué va a hacer una.
-Mejor, pues, no imaginar qué pintaría si viviera en Helsinki.

-¡Helsinki! ¿Por ahí no vive Santa Claus? Seguramente le haría los retratos oficiales. Es verdad que uno no puede pintar o escribir o hablar más que de lo cercano. Al final, también uno elige dónde quiere vivir. Y esa también es una elección, a veces, simplemente estética.

-De verse en el trance, ¿cómo le explicaría a su vecino payés esta exposición?

-Mis vecinos son educadísimos y jamás me preguntarían a qué dedico mis tardes. En eso son exquisitos. Pero seguramente me costaría tanto como explicártelo a ti. Es decir: mucho y a la vez poquísimo. Lo difícil sería explicárselo a mi madre, que aún cree que su hijo vale mucho. Siempre me dice: «Hijo mío, con lo bien que tú dibujabas».

-Respecto a su trayectoria, ¿hay alguna novedad en esta etapa, no sé si nueva?

-Al empezar la serie pensaba que sí, que era algo nuevo; pero luego se va uno dando cuenta de que ya vas teniendo las mismas manías, que te gustan o disgustan las mismas cosas, que vas teniendo eso que se llama un estilo, una manera de decir. Al final, es muy difícil incluso saber si uno tiene «una trayectoria» o, simplemente, un carácter. Bueno, para que al final no nos digan que uno se repite he optado por cambiar el formato y algunos de los colores. Fíjate tú qué sencillo.