El auditorio de Can Ventosa acogerá a las 19,30 horas del próximo domingo día 6 el concierto con el que la Orquestra Simfònica Ciutat d'Eivissa inaugura la temporada 2005. En esta ocasión, y por cuarta vez, al frente de esta agrupación del Patronat Municipal de Música estará la batuta de Georges Werwilt. El programa de la velada incluye en su primera parte «Petita Serenata Nocturna», de W. A. Mozart, y la música del ballet «Rosamunde», de F. Schubert; mientras que la segunda parte estará ocupada íntegramente por la sinfonía nº4 en La mayor, op. 90 de F. Mendelssohn, conocida como «Italiana».

Preguntado ayer por este periódico el por qué de esta selección, Verwilt afirmó que «es un programa muy clásico. La Pequeña Serenata Nocturna es muy conocida de todo el mundo, y la he dirigido muchas veces en Bélgica; incluso fue la pieza con la que me examiné en Salzburgo como director de orquesta. Y la orquesta la toca muy bien», precisó. «El ballet de Rosamunde no estaba previsto, pues quería hacer la obertura de Blinka, pero lo dejaremos para más adelante».

En cuanto a la obra principal del concierto, la sinfonía «Italiana», «es un trabajo difícil pero va muy bien. Es todo un clásico de la programación de cualquier orquesta europea, aquí es menos conocida pero creo que va a gustar, porque mi impresión y la de los miembros de la orquesta es muy favorable», aseguró el director.

En su cuarta experiencia al frente de la Orquestra Simfònica Ciutat d'Eivissa, Georges Verwilt reconoció notables avances. «He notado un cambio fantástico en relación a la primera vez que la dirigí. Veo con satisfacción que todos los miembros de la orquesta se lo toman muy en serio; conocen las obras antes de venir a los ensayos, lo que facilita mucho la tarea del director, y es una experiencia estimulante y enriquecedora para todos». En cuanto a las críticas realizadas a la agrupación en cuanto a que hay déficit de ensayos, se mostró conciliador: «Digamos que son los correctos».

Georges Verwilt inició sus estudios de violín a los cinco años con su padre. Estudio en Conservatorio Flamenco de Amberes con algunos de los mejores y su trayectoria profesional tiene dos vertientes, como violinista y como director de varias orquestas.