El conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur, ha manifestado que la comisión de Patrimoni del Consell «ha aceptado la propuesta presentada por el promotor de una edificio comercial en Sant Ferran de ses Roques, que implica la demolición de Ca ses Castellones». Pero al mismo tiempo ha indicado que si bien Patrimoni no pone objeción a dicha demolición, «tanto el Consell como el propio Consistorio de la isla, deben esperar, para conceder las respectivas licencias de obras que eventualmente podrían darse, a una sentencia judicial que determine si la propiedad del inmueble es del promotor de la obra o de la persona que se opone a dicha demolición y construcción de un centro comercial al esgrimir que parte de la finca, y en concreto la antigua casa payesa es suya».

Marí Tur fue muy cauto al respecto señalando únicamente que Patrimoni da luz verde a la petición presentada por el promotor en base a los documentos presentados, sin querer entrar a valorar en ningún sentido si la propiedad de la misma, la cuestión en litigio, es del promotor o del denunciante del intento de demolición de la misma. Según el conseller («y es una primicia», dijo en Formentera), el 3 de marzo a las doce del mediodía el Juzgado que se ocupa del caso dará a conocer su veredicto». En consecuencia a partir de ese momento, salvo apelaciones, la antigua casa payesa junto a la Fonda Pepe, incluida en el radio de protección de la iglesia de Sant Ferran, podría ser demolida.

A tenor de las sugerencias o presiones ejercidas desde diversos colectivos sociales, cívicos y culturales de la isla, tanto Ca ses Castellones en Sant Ferran, como Can Carreró (en la parte posterior de la iglesia de Sant Francesc) deberían ser conservadas; pero parece que si esta última puede ser salvada, y a propuesta de la OCB de Formentera convertirse en la sede del Archivo Histórico de Formentera, todo indica que la vieja casa payesa de Sant Ferran, y por motivos puramente económicos que pasan por encima de los culturales y patrimoniales, está sentenciada.