Los Reyes y el presidente de México y su esposa, Vicente Fox y
Marta Sahagún, inauguraron ayer en Madrid la Feria Internacional de
Arte Contemporáneo Arco marcada por un atentado de ETA, ocurrido a
primeras horas de la mañana en la glorieta de acceso al Parque
Ferial Juan Carlos I. Tras la confusión inicial, la directora de la
feria, Rosina Gómez-Baeza, así como las autoridades madrileñas,
anunciaron que los actos programados transcurrirían como estaba
previsto.
Un fuerte dispositivo policial rodeó el recinto, al que, durante
todo el día resultó muy difícil acceder pues todos los accesos al
mismo fueron cerrados por la mañana y los controles continuaban por
la tarde. Puestos al habla con la Zarzuela, también confirmaron que
sus Majestades y el mandatario mexicano, presente en Arco porque su
país es el invitado de honor, acudirían a la inauguración y harían
el recorrido previsto con anterioridad a la explosión del coche
bomba. El mensaje era de tranquilidad.
Los Reyes, que, nada más llegar a Arco, se interesaron por el
estado de los heridos del atentado, visitaron durante el recorrido
la galería de Joan Guaita.
Hacia media mañana iban llegando los primeros visitantes,
coleccionistas, profesionales del arte y medios de comunicación, a
los pabellones 7 y 9, donde se celebra la feria. Los ocho
galeristas que viajaron desde Mallorca, y que se enteraron de la
noticia en sus hoteles, también aparecían tranquilos y recibían a
los primeros clientes. Xavier Fiol y Pep Pinya coincidieron al
señalar que «Madrid es una ciudad que ha demostrado saber superar
grandes tragedias», por lo que mostraron su convencimiento de que
el atentado, que no tuvo consecuencias dramáticas, no influiría en
el éxito de la feria. No obstante, resultaba inevitable que lo
sucedido estuviera presente en todas las conversaciones. Ferran
Cano apuntó que «los coleccionistas a los que verdaderamente les
importa el arte no dejarán de venir». Sus palabras describían el
ambiente, ya que el goteo de público parecía el habitual e incluso
se veían los primeros puntos rojos al lado de las obras,
confirmación de su venta.
Tras un primer recorrido, pudimos constatar que Arco 2005
destaca por la presencia de mucha pintura, fotografía, vídeo y, más
que escultura, piezas objeto. Es una edición sobria, con nombres
consagrados, muchos artistas emergentes y menor presencia de las
vanguardias históricas.
«Parece que hay cierta tendencia a que la pintura regrese a su
origen, pero esto es algo que ha pasado y pasará y no tiene mayor
importancia porque cada lenguaje es válido si es bueno», comentaba
Pinya, que expone obra de Miguel Angel Campano, Guillem Nadal, Pep
Llambias, Nacho Frixuelos o Pep Sirvent, entre otros artistas.
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