EFE|Londres

Pasión, garra y fuerza se desprende de «Flamenco Directo», espectáculo que Carlos Rodríguez y Angel Rojas han llevado a las tablas del londinense teatro Peacock y con el que han conseguido poner en pie, dieciocho días seguidos, a un público con el que han «conectado». Fuerza, energía, pasión, desasosiego, temor y amor componen el torrente de emociones que los bailarines transmiten sobre las tablas con su espectáculo, y el supuesto frío público británico responde con aplausos atronadores y ovaciones sin fin en cada una de los temas.

Cuando el espectador se sienta en la butaca a ver Flamenco Directo «ve una mezcla de muchos tipos de baile, el flamenco como raíz, la danza estilizada, la danza contemporánea, el jazz..., y se crea una atmósfera especial», explica Angel a EFE. Es esa «conexión con el público la que hace especial a nuestra Compañía», dice a su vez Carlos. Carlos Rodríguez y Angel Rojas, ambos madrileños, son dos emprendedores bailarines que con 21 años decidieron crear su propia compañía de danza porque «las compañías españolas no tenían el suficiente registro para que expresáramos nuestro talento», explica Angel, y Carlos añade, «nosotros habíamos estudiado todo el movimiento y no podíamos ceñirnos a hacer siempre los mismos cuatro pasos». Con la creación del ballet hace nueve años, quisimos «aportar cosas nuevas a la danza y que ésta fuera la protagonista», luego con el tiempo «hemos terminado brillando como solistas». Carlos y Angel se conocieron a los 15 años y desde entonces sus carreras transcurrieron de forma paralela.