Un buen número de aficionados al arte acudieron ayer a la galería Van der Voort para asistir a la inauguración de una exposición de esculturas de Curro Ulzurrun, quien en 2000 ya había presentado sus trabajos en este veterano espacio de la plaça de Vila.

Las piezas que el reconocido escultor madrileño trae esta vez a Eivissa corresponden a su última etapa creativa, en la que (sin abandonar la madera como soporte) y continuando con sus singulares mobiliarios y construcciones, las piezas se recubren de plumas de ave que enmarcan las obras y aportan una especial sensación de fragilidad y delicadeza. Las últimas obras de Ulzurrun nos ofrecen una mirada más lírica, aunque igualmente crítica, engañosa e irónica.