El pintor y muralista Manuel Ortega (izquierda) con los escritores Francisco Umbral y Camilo José Cela.

La galería Daifa de Santa Gertrudis acogerá desde las 12,00 a las 20,00 horas de mañana domingo la inauguración de una exposición de pinturas de Manuel Ortega que estará abierta al público hasta el próximo 24 de octubre. Será una continuación de la muestra que el reconocido artista madrileño presentó en el mismo espacio a principios del verano: «En esta ocasión pondré algo de toros, cosas deportivas, una serie de dibujos, unos cuadros grandes que no había la vez anterior y varios bocetos de murales», explicó ayer el veterano artista, uno de los representantes más valorados del nuevo cubismo español. La exposición está dedicada a la memoria de su esposa, Carmen, fallecida la pasada primavera.

La relación de Manuel Ortega con Eivissa surgió el pasado año a raíz de una muestra colectiva organizada por esta recoleta galería de Santa Gertrudis que dirige la alemana Doris Hardt. «La mayoría de los artistas eran jóvenes, salvo dos ya bastante veteranos; la cosa iba sobre el erotismo y mandé cuatro cuadros. Luego, Doris me propuso hacer una exposición individual y ahora repito, porque me parece una persona magnífica y muy sensible al arte, algo que no es muy corriente hoy día entre los galeristas, donde es difícil encontrar profesionales de verdad», aseguró el pintor.

A sus 83 años, Manuel Ortega sigue aún entregado en cuerpo y alma a su creación. «Gracias a que sigo activo como artista me siento aún en forma. Si me hubiera jubilado igual estaba ya con los achaques propios de mi edad. El trabajo es la mejor terapia para vivir, y no sólo para los artistas. En cuanto se jubila, la gente empieza a decaer», apuntó.

Desde luego, no es para nada su caso, ya que en estos momentos está embarcado en una iniciativa ambiciosa y de complicada realización: pintar la cúpula de cristal del Palacio Neptuno de Madrid, que está siendo reformado para convertirse en un centro de congresos. «La cúpula cierra un patrio central, tiene 40 metros cuadras y unas 150 vidrieras. Ya están colocando los paños (las ventanas de la vidriera). Como es el Palacio de Neptuno, hay un Neptuno enorme con un carro tirado por hipocampos en un lateral, el nacimiento de Venus en el otro y una serie de referencias mitológicas, pero todo armonizado como un conjunto», explicó el artista.

Manuel Ortega (Madrid, 1921) fue discípulo de Daniel Vázquez Díaz y siempre ha sido fiel a la figuración constructiva o geométrica. Durante muchos años se especializó en murales para iglesias, centros religiosos, hoteles e instituciones públicas. Uno de sus últimos trabajos más conocidos es las vidrieras que hay tras el altar mayor de la catedral de La Almudena de Madrid, que pudieron ver millones de espectadores gracias a la retransmisión el pasado mayo de la boda del príncipe Felipe con Letizia Ortiz.