La sala de exposiciones de Ebusus acogerá a partir de las 20,30 horas del próximo lunes 12 la inauguración de una muestra de pinturas de Visitación Cebrián, que estará abierta al público hasta el día 20. Tras un tiempo largo sin presentar sus trabajos en público, esta aplicada alumna del taller de Orlando Herrera se expone a la crítica de sus muchos amigos a través de unas obras de variados estilos. «No me defino por ninguno en particular, pues todos me encantan. Paso de lo figurativo al realismo, de la arquitectura blanca mediterránea al impresionismo, cálido, con vivos colores, incluso a espátula, que me encanta», explicó ayer a este periódico e la entusiasta pintora.

Aplicada y orgullosa de lo que va aprendiendo, Cebrián gusta de explicar su método de trabajo: «Cuando pinto procuro tener todas las reglas en cuenta; la perspectiva del color, sacar mi propia paleta, mis propias tonalidades, teniendo en cuenta lo que son los colores cálidos, fríos, primarios, secundarios o terciarios con su correspondiente complementario. La regla de oro para la composición del cuadro, el espacio segregado; la perspectiva del color; la arquitectónica, que en la arquitectura ibicenca se basa mucho en el cubo; la intensidad de las sobras, si es arrojada o sombra propia. La limpieza del color, que te aseguro que en óleo es bastante difícil. Tener ritmo al pintar, no hacerlo rígido, y muchos otros consejos que no recuerdo».

Para la veterana y aún aprendiz de artista, el móvil principal a la hora de pintar es el sentimiento. «Siento muchas sensaciones diferentes. Cuando tengo dentro ese impulso tan fuerte, es maravilloso. Te embebes del tema y eres muy creativa. Son momentos en los que puedo ser audaz y valiente; te metes en la pintura y ya no existe otro mundo. Pero luego, en otros momentos no te sale lo que quieres expresar y lo pasas fatal. Y es que a la hora de pintar paso de la alegría al sufrimiento».

Pero no hay duda de que en la balanza, Visitación Cebrián disfruta más que sufre a la hora de ponerse ante un lienzo. Con una preferencia horaria: «Mi momento es la mañana, con el sonido especial que tiene el despertar el día, con su luz acariciadora y mientras escucho música. Es la hora mágica para mí», concluyó.