El arquitecto italiano residente en Barcelona Stefano Cortellaro
ha ganado una de las dos Becas 2003 de Investigación de
Arquitectura, Urbanismo, Ordenación del Territorio, Patrimonio,
Innovación Tecnológica y Medio Ambiente, que concede el Col·legi
Oficial d'Arquitectes de Balears (COAIB). Su proyecto «Arquitectura
rural y territorio en Ibiza» recibió el pasado fin de semana en
Palma los 10.000 euros con los que están dotadas ambas becas. La
segunda fue para «Proyecto de investigación sobre los modelos
sostenibles en Mallorca», de Jaume Lluís Salas. El jurado decidió
otorgar menciones especiales sin dotación económica a los trabajos
«Lloc net», de Antonio Marques Ferrer, dedicado al estudio de
lugares degradados en Eivissa; y a «L'habitatge urbà sostenible»,
de Miguel Borràs, un manual de construcción ecológica.
El proyecto de Cortellaro entiende las edificaciones rurales de
Eivissa como un todo integrado en el territorio y como una garantía
de sostenibilidad, «pues los habitantes las construyeron analizando
las necesidades de agua o de energía que iban a necesitar», según
ha explicado el arquitecto, quien dedicó el premio «a mi hijo
Matteo, que me ha acompañado varias veces en mis paseos por el
campo de Ibiza». El tutor de su proyecto es el arquitecto Víctor
Rahola, junto con los organizadores del premio: Federico Climent,
presidente de la demarcación de Palma del COAIB; Xavier Oliver,
vocal de Cultura, y Xavier Planas, presidente de la demarcación de
Eivissa. «También quisiera mencionar a Salvador Roig, que me ayudó
y apoyó en la definición del trabajo», precisó el arquitecto.
Según explica Stefano Cortellaro en la memoria del proyecto (que
ha de realizar en un año), «el presente trabajo se propone como
objetivo el estudio del espacio rural de Ibiza considerado como un
organismo, una ciudad-territorio uniformemente distribuida, cuya
célula mínima es la casa rural, entendida como una unidad de
producción y consumo compuesta por la vivienda y sus espacios
exteriores de producción agrícola». «Concretamente, después del
primer capítulo de análisis general del territorio insular, el
estudio se centrará en una zona del norte de la isla, el Valle de
Morna, Atzaró y Balafi, caracterizado por la presencia de unos
núcleos rurales de enorme valor arquitectónico».
En cuanto a los precedentes del proyecto, Cortellaro recurre a
«las descripciones de Sert de la arquitectura de Ibiza», que
«revelan una relación compleja con la realidad ambiental», y a las
fotografías de Raoul Houssman, que «retratan las casas en relación
al territorio y a la vida cotidiana que en él se desarrolla».
A continuación incluye una cita del prestigioso arquitecto
catalán: «Hay en Ibiza una persistente unidad de escala. Ninguna
época determinada consiguió implantar en la isla un estilo
particular. En Ibiza hay centenares de muros de piedra que cubren
la isla como tentáculos, mosaicos de piedra sin mortero,... esta
red de líneas blancas ata los edificios entre ellos y es un
elemento que mide toda la isla, desde la plaza pública hasta la
pequeña y lejana alquería».
Referentes con autoridad para justificar la necesidad de «un
estudio que amplíe el ámbito de análisis de la casa a la unidad
territorial mínima y tienda a buscar y evidenciar las constantes
que regulan la relación de la misma con el territorio», añade
Cortellaro en su memoria apuntando a un objetivo: «Si queremos
contribuir a frenar el proceso de degradación de un paisaje tan
frágil como el de Ibiza, tenemos que poner en discusión y volver a
plantearnos la relación con la tradición», concretó el arquitecto,
en cuya meritoria trayectoria figuran varios premios y becas.
El jurado de las Becas 2003 del COAIB concedió una mención
especial al proyecto «Lloc net», de Antonio Marques Ferrer,
dedicado al estudio de lugares degradados en Eivissa.
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