Carles Fabregat, director del centro cultural de Can Ventosa, ha conseguido el Premi Miquel Peris Segarra con su primer poemario, «Clos desig», en la XI edición de los Premis de la Mar, que convoca el Ayuntamiento de Castellón de la Plana en colaboración con la Asociación Cultural La Barraca. La dotación del galardón es de 600 euros y la publicación de la obra.

Como explicó ayer Fabregat a este periódico, «Clos desig» está estructurado en dos partes; la primera la forman 21 sonetos y se titula «De dany y de guany», mientras que la segunda, «El secret del temps», está escrita con verso libre y titulada con un verso de la serie. «La primera parte se fue estructurando alrededor del tema del deseo inhibido y del deseo jugado. En cuanto a la segunda, en principio no tenía esa intención, pero me di cuenta que se iba desarrollando en torno al tiempo, porque todos los poemas tienen títulos relativos a su paso, pero desde distintos ángulos», precisó el escritor, escultor y gestor cultural barcelonés, residente en Eivissa desde hace casi una veintena de años.

Lo de ser «padre» lírico a los 53 años, se lo toma el autor como un estímulo, no por tardío menos deseado. «Yo estudié Bellas Artes y diseño gráfico. Pensaba ser escultor, y algo he hecho en ese campo, pero desde que era niño he escrito poesía de un modo pausado, tranquilo y sin pretensiones. No me sentía poeta, me veía más bien abocado hacía el arte plástico. Por eso he sido un poeta tardío, pues publicaré mi primer libro a los 53 años. Así que ahora, y con el estímulo del premio me lo tomaré más en serio», apuntó ilusionado Carles Fabregat. «De hecho, la poesía me ha ido interesando cada vez más, porque como es imposible ganar dinero con ella, tiene esa dimensión de un arte que te permite hacer lo que quieras sin las cortapisas correspondientes del mercado, que también me gusta, hice dos exposiciones de esculturas», apuntó.

En cuanto a futuros proyectos literarios, Carles Fabregat aseguró que está escribiendo una novela «sobre la infancia en los cincuenta. Es un poco autobiográfica, y sólo llevo cinco capítulos». Y hacia la poesía: «Tengo algún poema suelto más, pero no los veo articulados todavía para que pueda hablarse aún de un libro», concluyó.