A partir de las 9,00 horas el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa
(MACE) acogerá las sesiones del curso «Cultura i Turisme: la
necessitat de diàleg i cooperació», organizado por el Ayuntamiento
de Eivissa y el Grupo Ciudades Patrimonio con el patrocinio del
Ministerio de Cultura. Nuria Sanz, encargada del programa de la
Unidad de América Latina y el Caribe del Centro del Patrimonio
Mundial de la Unesco interviene junto al alcalde de Eivissa, Xico
Tarrés, en la apertura del curso. La conferencia inaugural correrá
a cargo de Greg Richard, de la Fundació Interarts.
Según explicó ayer a este periódico Nuria Sanz, la idea de hacer
este curso en Eivissa «es fundamental para repensar cómo hacer
evolucionar las prácticas turísticas, sobre todo por lo que hace a
los valores por los que fue elegida como Patrimonio Mundial».
«Pocos lo saben, pero Eivissa fue inscrita hace pocos años en la
lista mundial como sitio mixto; y hay muy pocos en el mundo que
tengan la misma capacidad de los mejores valores universarles
naturales como culturales. Por eso creo que los responsables
políticos y la ciudadanía deben ser portadores de esa singularidad
tan profunda: sus fondos marinos, la calidad de su biodiversidad y
de su cultura».
La representante de la Unesco insistió asimismo en que la isla
«refleja una evolución cultural desde las grandes culturas
mediterráneas de la Edad de Bronce, sigue con esos aportes tan
importantes que hicieron los fenicios, más la construcción de su
ciudadela en el siglo XVI. Éso es lo que verdaderamente nadie sabe
leer cuando llega a Eivissa. No está explícito, porque todavía se
necesita un proceso de interpretación para que tanto los locales
como los visitantes accedan a esa forma de disfrute, a esos valores
importantes pero algo escondidos».
En cuanto a la rentabilidad de la cultura, frente la a evidente
del turismo, Nuria Sanz se preguntó por «¿qué se entiende por
rentabilidad? Aparte de la económica está la social y cultural, que
hay que saber valorar y medir. Hay que crear indicadores para
valorar cuáles son los beneficios en suelo propio o para aquel que
lo visita en otros términos que no son simplemente económicos».
«Además, no hay que pensar solamente en el destino, sino también en
aquel que viaja y desembolsa su dinero. Cada vez habrá sitios más
baratos para elegir una playa, pero la cultura es algo que puede
aportar al visitante una experiencia original y singular, tanto
como el patrimonio natural, tan rico también en la isla. Hay que
singularizar las formas de visita y hay que disfrutar de lo
original autóctono», concluyó Sanz.
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