Los asistentes a la presentación disfrutaron con los hallazgos, que muestran la vida cotidiana en la antigua Eivissa.Fotos: KIKE TABERNER

Una cucharilla de hueso, una cruz de un colgante de cuentas, llaves, jarras, platos y numerosas inscripciones. Este es el pequeño pero valiosísimo tesoro que han encontrado un grupo de arqueólogos capitaneados por Glenda Graziani y Marco Aurelio Esquembre en el solar de la calle Joan Planells, en lo que eran los cimientos de la Escola d'Arts i Oficis. Un pequeño solar que resume buena parte de la historia antigua de Eivissa ya que presenta restos púnicos, romanos y de una necrópolis (hay piezas catalogadas desde el siglo III a.C. hasta el IV d.C.».

El conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur, remarcó ayer en el acto de presentación de las piezas que las excavaciones, vinculadas a la necrópolis de Puig des Molins, han puesto a la luz algunos restos «que prueban las primeras presencias cristianas en las islas» como una pequeña cruz de exvoto con piedras semipreciosas a modo de cuentas.

Graziani y Esquembre hicieron hincapié en el gran valor de esta la excavación que «cuenta con las ventajas y desventajas de una prospección urbana».

Tanto el conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur, como los arqueólogos agradecieron a los propietarios del solar, la familia Maimó, la paciencia que están teniendo ya que los estudios impiden realizar cualquier tipo de obra por el momento.

La excavación finalizará en enero o febrero el año próximo, avanzó Marí Tur. En ese momento se conocerá en inventario final de piezas y el informe definitivo sobre el futuro de la excavación que muy probablemente pasará por pleno del Consell.

Por el momento quedan varias lagunas que resolver sobre los restos encontrados. Entre la época púnica y el bajo imperio no se han encontrado restos, lo que supone que no hay restos del alto imperio, un hecho que sorprende a los técnicos. También se han encontrado restos de inscripciones que hacen pensar en un posible templo, aunque por el momento no se ha encontrado. Los trabajos se han prolongado durante un período de tres meses y en ellos han participado, además de los arqueólogos mencionados, el equipo de Art Patrimoni y los técnicos Francisco Javier Moltó y Daniel Quiruelano.