La historia de la Biblioteca Municipal de Eivissa se remonta al
plan de bibliotecas estatales de la II República. Una aspiración de
Vicent Colom, el alcalde que salió de las elecciones de febrero del
36, que dio el triunfo al Frente Popular, que sólo estuvo tres
meses en el cargo. Hubo que esperar 53 años para que el 7 de
noviembre se abriera la última biblioteca municipal de los
municipios ibicencos. Contaba con cinco mil volúmenes, el número
mínimo según la Unesco, y tenía su sección de fondo local, de
Balears, infantil, hemeroteca e incluso audiovisuales, la primera
de la isla en disponer de tales lujos.
El alcalde de Eivissa era entonces el socialista Enric Mayans;
el concejal de Cultura, Felip Cirer, y la bibliotecaria, Fanny Tur.
«Hasta que se cubrieron las plazas de un auxiliar para la
biblioteca y otra para el Arxiu Històric, que se inauguró al año
siguiente, estuve sola y hacía de todo. Cuando cerraba la
biblioteca me iba a abrir el archivo. Hacía más horas que un
reloj», comentó ayer Tur a este periódico. «El carnet nº 0 fue para
el alcalde, el 1 me lo reservé para mi sobrina y el 2 para Felip»,
añadió.
Unos antecedentes que parecen más lejanos en el tiempo de lo que
suponen 15 años. «Estuve peleando para que me dieran toda la planta
baja del edificio de la calle Castilla, pero me decía que a las
bibliotecas no iba nadie; pero fue abrir y vino una avalancha de
gente y socios que no ha parado. Todas las bibliotecas de la isla
siempre han tenido éxito», afirmó la ex consellera de Cultura.
Al pasar a la política activa en 1999, Fanny Tur fue sustituida
en el cargo de bibliotecaria y archivera por Anna Colomar, quien
informó que en la actualidad la Biblioteca Municipal de Eivissa
cuenta con 57.000 libros, 5.800 audiovisuales y cuenta con 13.749
socios, una buena parte de fuera del municipio. «Lo que destacaría
es el hecho de que es pública y general, con fondos muy diversos y
dirigidos a todo tipo de público. También, el carácter insular que
está ejerciendo y su fondo local, el más importante de la isla»,
precisó la directora.
Colomar también recordó las actividades paralelas de la
biblioteca de Can Ventosa (recitales, conferencias, presentaciones
de libros, días del libro, de la poesía...), «porque siempre hemos
querido que fuera un espacio vivo y dinámico». Sin embargo tiene
una asignatura pendiente, el proceso de informatización. «Estamos
en la red del Govern, pero el módulo de prestamos no será efectivo
en esta biblioteca hasta dentro de unos dos años».
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