Alexandre Villangómez.

La noticia de la muerte de Alexandre Villangómez a consecuencia de una afección pulmonar sorprendió ayer a los muchos amigos de este promotor pionero de la actividad teatral en Eivissa. Aunque en los últimos tiempos su salud era delicada, llegando a incluso a ser ingresado, parece ser que el súbito óbito no era esperado ni por su familia, como dijo ayer a este periódico alguno de sus miembros. El funeral de cuerpo presente seguido de entierro del hermano menor del poeta Marià Villangómez tendrá lugar a las 16'00 horas en la iglesia de Santo Domingo de Eivissa ciudad.

Una de sus amigas de toda la vida, Pepita Escandell, estaba profundamente afectada por su muerte. «Me cuesta trabajo creerlo; es que nadie se lo esperaba. Sabíamos que tenía algo de pulmón, pero estaba ya en su casa». La autora y directora de teatro, como otros amigos, destacó de la biografía de Alexandre Villangómez su pasión por el teatro. «Era amigo de José Tamayo, quien le animaba a que se hiciera profesional, porque le veía muy bueno como actor. Llegó a hacer pruebas en Madrid, pero no pasó a más. En cambio hicimos muchas obras aquí, en el Teatro Pereyra, en Artes y Oficios y hasta en Ebusus. Obras de repertorio clásico o más recientes, muchas».

Escandell también apuntó sus dotes de animador cultural de la isla. «Organizó muchas conferencias en Ebusus y trajo a gente tan importante como Camilo José Cela o Adolfo Marsillach». Y una actividad lúdica que le entusiasmaba, los Carnavales. «Si no los organizaba él ya no eran Carnavales. Le gustaban mucho y siempre se disfrazaba», recordó con nostalgia su amiga desde la niñez, añadiendo que «le entusiasmaba viajar; o la decoración, y era un gran enamorado de las plantas».

Otro de los amigos que ha sentido hondo la muerte del más pequeño de los hermanos Villangómez ha sido Joan Murenu, quien destacó su versatilidad. «Era una persona muy culta. Su gran afición era el teatro. Durante 30 años mantuvo un apartamento en Madrid para ver teatro en invierno». El músico ibicenco apuntó igualmente que, «como su hermano Marià, estaba muy concienciado con la defensa de la lengua catalana». En este sentido, y gracias a sus notables dotes de rapsoda, Morenu colaboró con él en la difusión de la poesía de Marià Villangómez; desde un homenaje que le dedicó en 1987 el Institut d'Estudis Eivissencs, pasando por el que le ofreció la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana y, sobre todo, con el recital «Sota camins de calma», que organizó en 2000 la Conselleria de Cultura con motivo de la celebración del «Any Villangómez». «Lo llevamos por todos los pueblos de Eivissa, y el pasado septiembre teníamos que haber clausurado la Universitat d'Estiu de la UIB, pero ya estaba un poco malo y me llamó para cancelar la cita. Le sustituyó Jean Serra», precisó Joan Morenu.