Con motivo de la concesión por parte del Govern balear del Premi Ramon Llull, Ultima Hora Ibiza y Formentera realizó una entrevista a Enrique Fajarnés Cardona, que por el valor de su testimonio reproducimos:

-¿Qué impresión le da el premio?
-De sorpresa y satisfacción, como es natural. Además, me ha recordado a mi abuelo paterno, Enrique Fajarnés Tur, que era médico y vivió y trabajó muchos años en Palma, investigando mucho sobre historia, demografía, medicina y antropología, llegando a publicar más de cuatrocientos trabajos sobre Mallorca. Curiosamente, fue director de un boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana. Por eso me vino al pensamiento qué hubiera pensado mi abuelo de saber que después de más de cien años su nieto fuera honrado con un premio Ramon Llull. Por eso este recuerdo me llena de satisfacción.

-¿Por cierto, qué opinión tiene sobre Ramon Llull?

-Siento admiración por él, pues fue una personalidad humana extraordinaria, un místico viajero; y como escritor, originalísimo. Sus libros tienen una enorme originalidad filosófica y novelística. Una personalidad de gran relieve dentro de la cultura medieval.

-¿Cree que este premio es un reconocimiento a la labor de toda una vida?

-Me parece que sí, porque, precisamente, también recordaba que Heidegger escribió que «la repetición es el signo más seguro del destino». Entonces, si es así, no hay duda de que yo nací marcado por el destino de ser escritor, porque empecé a escribir, con propósito literario, a los 14 años, cuando mi caligrafía todavía era torpe, y sigo escribiendo todavía, a los 79 años, ahora que mi caligrafía vuelve a ser torpe. Pero no pienso jubilarme hasta que Dios lo haga vitalmente.

-¿Está todavía en activo, trabajando en algún proyecto concreto?

-Pues sí; voy a dar la última mano a un libro que ya está prácticamente escrito y que titulo «Antes del silencio». Será en la línea de mis libros ibicencos; retratos, personas, recuerdos, evocaciones... A mi edad tiene más peso el pasado que el presente.

-¿Y la poesía, la ha abandonado?
-Sí, hace mucho tiempo.
-¿Y no le tienta, no tiene algún momento lírico?
-Bueno, es que muchas de las prosas de este libro se puede decir que son poemas en prosa. Llevan una cierta emoción, la que siempre he procurado poner en todos mis libros.

-¿Siguen considerándose un contemplativo?
-Por supuesto. Soy un hombre quieto; mi espíritu se orienta mucho más a la contemplación que a la acción. Una contemplación más bien interior.

-¿La Eivissa actual no es tan digna de su contemplación?

-Hay cosas que no me gustan, pero en general ha mejorado mucho, porque es una isla más próspera que la de antes. Incluso culturalmente, porque en mis tiempos era un desierto. Ahora vivimos un auténtico florecimiento cultural.