Los 189 molinos, entre hidráulicos y eólicos, que existen en las
Pitiüses, han sido inventariados por Joan Josep Serra Rodríguez,
ganador hace dos años de un Premi d'Investigació 8 d'Agost por un
trabajo sobre torres prediales. De dicha cantidad, 55 corresponde a
molinos de harina; ocho en Formentera y 47 en Eivissa. Los 134
restantes son molinos de agua, de los cuales ocho pertenecen a
Formentera y 126 a Eivissa. Según explica la memoria del trabajo,
la primera parte del inventario está dedicada a los molinos de
trigo, usados también para moler otros productos agrícolas. Se ha
trabajado a partir de los que siguen en pie, o que al menos
conservan parte significativa de su estructura. La segunda parte
tiene como tema los molinos de agua, y en este caso se ha hecho una
selección de los ejemplares existentes; selección que es más
estricta en el caso de Formentera, ya que la mayoría han
desaparecido o sólo se conservan restos, con la circunstancia
añadida de que su introducción fue muy tardía (a mediados del siglo
XX), hasta el punto de que los casos inventariados fueron
construidos hace menos de 30 años.
Los molinos de trigo por viento, siguen, a grandes rasgos, el
modelo mediterráneo clásico, con una tipología muy limitada; y las
variaciones que se pueden encontrar entre un ejemplar y otro son
meramente anecdóticas. Tienen dos partes principales: el edificio
en sí, llamado torre o casa del molino, que sirve de soporte y
receptáculo para la segunda, y el ingenio mecánico propiamente
dicho. El molino pitiuso tiene en general seis antenas, aunque hay
ejemplares que tienen ocho. En cuanto a los molinos de agua se les
denomina así a los que tienen como fuente de energía la fuerza de
agua. Están integrados en sistemas hidráulicos, a menudo vinculados
a la existencia de fuentes. Sólo se encuentran en Eivissa, ya que
Formentera no tiene acuíferos adecuados para su instalación.
La Comisión de Patrimonio celebrada ayer viernes también dio el
el visto bueno a una nueva campaña de excavaciones en la necrópolis
del Puig des Molins, que durará tres años, los mismos que la que
acaba de terminar con unos resultados muy positivos, según explicó
ayer el director del Museu Arqueològic d'Eivissa i Formentera,
Jordi Fernández. «A pesar de los numerosos saqueos que ha sufrido
la necrópolis a lo largo de los siglos, aún encontramos tumbas
intactas, por lo que el material encontrado es mucho y muy
interesante». Desde 1986 no se realizaban campañas de excavación en
la zona. El objetivo que se persigue con la nueva excavación, que
comenzará la próxima semana, es que la investigación llevada a cabo
en estos tres años no se detenga a medio camino, y recuperar y
promocionar el sector del yacimiento (próximo al edificio del museo
monográfico), para dar a sus visitantes una idea real de la
importancia arqueológica de esta necrópolis, declarada Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco.
En cuanto a los proyectos de obras en varias iglesias de la
isla, se refieren principalmente a la de Jesús y a la de Sant
Miquel. En la primera, con un presupuesto de 15.000 euros, se
centrará en e porxo del templo, para abrir unos arcos tapados. En
cuanto a la de Sant Miquel, se trata de completar el «ambicioso
proyecto de restauración que estamos realizando en ella desde hace
tres años», apuntó la consellera de Cultura y presidenta de la
Comisión, Fanny Tur. Por un importe de 81.000 euros, el proyecto
contempla arreglos importantes en la casa parroquial (instalaciones
sanitarias, maderamen...) sin afectar en ningún momento a los
volúmenes del edificio, ni a las puertas y ventanas.
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