Viena Edicions acaba de publicar «Des de la quietud», el libro con el que Jean Serra obtuvo el pasado año el XXVII el Premi de Poesia Vila de Martorell 2002. La obra es el segundo tomo de una trilogía («Convocat silenci», «Des de la quietud» y «Vida guayada») compuesta de 40 poemas en prosa cada uno. «Son poemas esencialmente líricos, pero a veces duros, porque escarban en el dolor propio y en el de los demás. Soy del parecer que el poeta lírico es quien mejor expresa los sentimientos más íntimos y las experiencias más hondas del ser humano», afirmó el poeta ibicenco en el acto de recepción del premio.

Desde tal planteamiento poético y existencial, en los poemas reunidos en el poemario de Jean Serra «se aborda la angustia de vivir tanto como el ansia de vivir en plenitud serena. Son la única respuesta que sé darme delante de los interrogantes que me suscita la muerte individual o la colectiva; sobre todo la provocada por las guerra o el hambre que padecen millones de personas por causa de los desequilibrios económicos, por la irracional y la egoísta mala distribución de las riquezas -que son muchas- de un planeta que no sé si merecemos».

Buceando por caminos tan difíciles de hollar, Serra confiesa que ha escrito «Des de la quietud» «empujado por la necesidad de dar respuesta a los grandes interrogantes de la vida, empezando por el intento de averiguar el sentido de la existencia». Y una afirmación instintiva: «A mí lo que me maravilla es la vida; para mí el gran misterio -el gran milagro- es la vida». Con un mensaje esperanzado, pese a todos los desastres que el ser humano es capaz de provocar. «Este libro habla de las inquietudes del hombre, pero también de amor, de solidaridad y de esperanza. Sin esperanza no tendría sentido, en unos tiempos de miseria como los actuales, la poesía, 'la voz que habla del desconsuelo y la pérdida'», resumió el poeta.