«Fue un proyecto que estuvimos negociando con el Consistorio
bastante tiempo, en 1988; con muchos meses de viajes a Eivissa,
entrevistas y dolores de cabeza; pero al final no pudo realizarse».
Con estas palabras, Tono Vila Ramis resumió ayer a Ultima
Hora Ibiza y Formentera la propuesta que su estudio
realizó para aprovechar el Castillo de Eivissa. «Trabajamos
bastante; estuvimos incluso en el Archivo de Simancas buscando
información sobre el Castillo para ver su evolución histórica.
Sacamos planos, empezamos una maqueta y para nada», añadió el
flamante Premi Ciutat de Palma de Arquitectura.
Se trataba de hacer un gran hotel, tipo parador de turismo, «que
tuviera asimismo grandes prestaciones culturales; con facilidades
para congresos, convenciones y todo tipo de facilidades para
grandes ejecutivos. Proponíamos una utilización de todo el subsuelo
como salas de exposiciones, conferencias y demás». En la propuesta
del arquitecto mallorquín se pretendía hacer «un acceso por la
parte posterior de Dalt Vila, pues era muy difícil realizarlo por
el interior de la ciudadela. Sería a través del antiguo
hospital».
El planteamiento jurídico para justificar la construcción del
hotel y las infraestructuras anexas, parecía, en principio,
razonable. «Todo se basaba en que el Ayuntamiento hacía una
concesión a una empresa privada en régimen de leasing (alquiler
comercial con derecho a compra), por el que aquél se quedaba con el
derecho de utilizar todas las instalaciones culturales
gratuitamente y al cabo de cien años o algo así revertía para la
ciudad». «El proyecto no lo terminamos; lo que se presentó fue el
anteproyecto, que tenía que ser votado en pleno, pero el alcalde lo
retiró antes y no se llegó a votar nunca», explicó Tono Vila. El
alcalde de Eivissa en 1988 era Enrique Fajarnés.
¿Quién estaba detrás del ambicioso proyecto, que no fue ni el
primero ni el último que se ha pensado para el emblemático edificio
de Dalt Vila en los últimos 30 años? El arquitecto mallorquín nunca
llegó a saberlo. «El encargo era del cliente, que yo no conocí.
Como intermediario actuaba Dragados. Se especuló con varios
nombres; se decía que podría ser un millonario americano, algún
italiano... hasta se llegó a mencionar el nombre del cantante Julio
Iglesias. Se dijo de todo entonces, y el tema fue debatido
ampliamente en los medios, la verdad, y con opiniones de todos los
colores, pero yo nunca llegué a saberlo», concluyó Tono Vila
Ramis.
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