La Conselleria de Cultura ha encargado la rehabilitación del Pou
d'en Durban o de ses Roques, de Formentera; trabajos que se han
iniciado hace unos días con un primer paso consistente en limpiar
los alrededores del pozo de la maleza que lo cubría. La
recuperación y conservación de este pozo comunal del que se conocen
referencias desde hace 280 años, la llevará a cabo la empresa
construcciones Pep Sala y el coste de las mimas es de unos 1.900
euros, aportados por el Consell pitiuso. Se calcula que los
trabajos, consistentes en restaurar paredes y aplicarle una capa de
mortero a la manera tradicional, se prolonguen durante unos diez
días.
El Pou d'en Durban o de ses Roques se encuentra situado junto a
la PM-820, la carretera que va de la Savina a la Mola, a la altura
del kilómetro 7, poco después del desvío a Ca Marí en el lado
migjorn de la carretera. En su libro «Formentera», Joan Marí
Cardona transcribe un documento de 1773, un acto de concordia entre
dos primos que se disputaban la herencia de su abuela en la que
señala, entre otras cosas, que «cogerá asimismo este año los frutos
de todas las antedichas haciendas, excepto la cosecha del Terç d'es
Pou d'en Durban, que ésta será partible entre los dos por este año
tan solamente». Más adelante, ecanonge arxiver hace referencia al
mismo pozo con fecha de 1723, aunque no especifica la fecha de su
construcción. Y una tercera mención, ahora en 1739, en su obra
«Formentera, documentación i paisatges» y refiriéndose a la familia
Clapers Durban con motivo de un bautizo: «...no parece que el
matrimonio residiera mucho en la isla, pero es posible que él
(Francesc Clapers) hubiera trabajado las tierras de los alrededores
del pozo, que por eso habría sido denominado Pou d'en Urban».
Como la mayoría de los pozos de la época del repoblamiento de la
isla, estaba situando en las inmediaciones del Camí Vell de la
Mola, que en ese punto dista apenas un centenar de metros de la
actual carretera principal. Se trata, como en el caso del Pou Gran,
el d'en Pere Blai o el d'en Marianet Barber (todos ellos en el
mismo Camí Vell), de pozos comunales de libre uso tanto para las
familias como para los rebaños. Contaban para ello con pequeñas
plazas y las correspondientes picas o abrevaderos de ganado.
Además, en el Pou de ses Roques quedan restos de una hipotética
capilla que hubiera tenido, así como de la pica cuadrada
correspondiente.
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