El equipo de restauradores que está llevando a cabo la
consolidación y rehabilitación del Castellum romano de Can Blai en
Formentera habrá utilizado, cuando termine su trabajo, una tonelada
de cal procedente de Eivissa ante la imposibilidad de encontrarla
en Formentera; asimismo, el marès que se ha usado, un total de 150
bloques, proviene en su totalidad de Mallorca.
Los trabajos de restauración están muy avanzados, «sobre el 75
por ciento», ha indicado María José Escandell, responsable del
equipo multidisciplinar Posidonea SL, a quien se encargaron las
tareas de recuperación del Castellum romano de Can Blai, situado en
la zona de es Carnatge de Formentera. El coste de la restauración
es de 45.000 euros, de los que la Direcció General de Cultura del
Govern aporta el 75 por ciento, mientras que el 25 por ciento
restante procede de las arcas del Consell Insular.
Escandell, que dirige un equipo en el que intervienen
restauradores, arqueólogos y dibujantes, ha explicado que se está
trabajando en la última de las torres, por lo que confían en que la
semana próxima: «Si el tiempo lo permite -refiriéndose a la
pertinaz lluvia de estos días-, podremos dar por concluidos los
trabajos de consolidación de los restos arqueológicos», apuntó.
La intervención de Posidonea SL consiste en sustituir, por
nuevos bloques de marès, las piedras que estaban en peores
condiciones, es decir, que “tenían menos del 60% de su volumen" ha
explicado Escandell, mientras que en el resto se ha ido reintegrado
con el mortero tradicional de cal y arena para evitar
intervenciones agresivas como la que se realizó en 1989 que dañó
considerablemente la estructura interna de muchas de las
piedras.
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