Fanny Tur y Pilar Costa, presentaron ayer la maqueta. Foto: VICENÇ FENOLLOSA

«Es parte del homenaje que aún nos faltaba hacer al poeta, de los tantos que le dedicamos en 2000». Con estas palabras, la presidenta del Consell Insular, Pilar Costa, expresó ayer la intención que ha impulsado a la primera institución pitiusa a encargar a Toniet un monumento alegórico que recuerde, en el parque de Cas Serres que lleva su nombre, la obra poética de Marià Villangómez, fallecido el pasado mes de mayo a los 89 años de edad. «Nuestra intención es que esté terminado a final de año para poderlo inaugurar el 10 de enero de 2003, fecha en la que cumpliría 90 años», añadió.

De cinco metros de alzada, el monolíto cilíndrico tendrá una base rectangular e irá todo él revestido de cerámica en la que habrá dibujos alusivos al mar y a la tierra entrelazados con versos sueltos de una varios poemas especialmente emblemáticos del autor de «Terra i somni». «Toniet es el autor del trabajo, pero para concretar la idea se ha consultado a la familia, al Institut d'Estudis Eivissencs y a otras personas y entidades con las que estuvo vinculado íntimamente Villangómez», explicó Costa. El coste de la obra será de unos nueve mil euros, «una cifra más bien simbólica, por lo que agradecemos al artista ibicenco su generosidad y entrega».

Por su parte, la consellera de Cultura, Fanny Tur, apuntó que cada lado de la base del monumento «hace referencia a uno de los vientos que más soplan por Eivissa y Formentera, con versos alusivos de distintos poemas, seleccionados por Josep Marí y otros amigos próximos a Villangómez». Tur informó asimismo que el monumento, coronado con una imagen marinera hecha de cobre que recuerda a unos barcos, estará ubicado en el centro del parque. «Más adelante, cuando los árboles empiecen a crecer y el parque esté más curtido y tenga ya más ambientepondremos un busto del poeta en uno de los laterales», precisó la consellera.

La presidenta del Consell Insular apuntó también que «las letras de los versos del monumento serán grandes, para que se puedan leer los versos sin tener que acercarse demasiado y se pueda contemplar el conjunto del monumento desde cualquier perspectiva».