Mateo Maté con una de las piezas de la exposición que presenta en «Sa Nostra», ayer en Formentera. Foto: G. ROMANÍ

«Tengo otras series que son más cerradas y ásperas, pero este es muy amable y popular; todo el que la ve, hasta los niños, se lo pasa bien porque es como un paisaje evocador de la ausencia de cosas próximas a todos». Con estas palabras resumió ayer Mateo Maté a Ultima Hora Ibiza y Formentera el sentido de la exposición-instalación «Viajo para conocer mi geografía», que se inaugura a las 20 horas en la Sala de Cultura de «Sa Nostra» en Sant Francesc y permanecerá abierta hasta el próximo 4 de octubre. Con algunas variaciones, la serie se presentará en la sala homónima de Eivissa a partir del próximo 11 de octubre.

Aunque suele mostrar su trabajo en Palma (en la galería Ferran Cano), esta es la primera vez que Mateo Maté presenta sus originales creaciones en las Pitiüses. Preguntado por cómo convencería a un posible visitante, afirmó: «garantizándole que, por lo menos en esta ocasión, se lo pasará bien, porque las piezas que presento son muy atractivas, en el sentido de que no están cerradas sólo para el ámbito artístico, sino que son muy sensitivas y evocadoras, ya que el recorrido por la muestra es como un viaje a través de una cena con los amigos, una cama donde he dormido con mi chica y cosas por el estilo»., precisó.

El catálogo en el que se muestran varias de las series desarrolladas por Mateo Maté, incluye una entrevista firmada por Tania Pardo. Una de las preguntas incide sobre «la ambigüedad poética» de su obra. «He de reconocer que no soy muy consciente, quizá sí exista una poética racional. Con esto no quiero decir que mis trabajos normalmente resulten muy lógicos; aunque parezca extraño, son trabajos en cierto sentido muy científicos: me planteo un problema y después emprendo su desarrollo para encontrarles solución. Si hay poética es porque se me ha colado entre las variables de la ecuación, pero no de una manera totalmente consciente», afirmó el artista.

Maté nos remite también a una respuesta sobre la manipulación de la realidad en el arte. «Cada uno tiene la suya propia, y hay otra convenida culturalmente; prefiero los resquicios de las realidades personales. Soy un amante de lo no evidente y me gusta señalar donde conviven más puntos de vista, y que todo cambia según el prisma de cada uno. Por ejemplo, algo tan cotidiano como unas sábanas, si las observas de una determinada manera se convierten en otra cosa. Es complicado hablar de 'una realidad', sobre todo porque los artistas, en teoría, somos expertos en estar en los márgenes de ella».