«Muchos recuerdan que se abrieron los huecos en la Muralla, pero
nadie que se sacasen toneladas de tierra de su interior». Con esta
lógica conclusión, Fernando Cobos salió ayer al paso de la polémica
suscitada acerca de la galería contramina descubierta a los pies
del baluarte de Sant Joan, que según varias opiniones afirman que
fue excavada como refugio antiaéreo durante la Guerra Civil.
Para el responsable del Plan Director de las Murallas de
Eivissa, que se desplazó ayer a la isla para comprobar
personalmente el alcance del descubrimiento, «la galería se hace
después de construir el baluarte. Para ello perforaron todos los
contrafuertes, lo cual es un trabajo terrible que carece de sentido
para un refugio antiaéreo, porque si una bomba entrara por
cualquier de los huecos, al estar la galería comunicada entera, la
arrasaría toda», precisó Cobos.
En cualquier caso, y polémica aparte, el experto en
fortificaciones del siglo XVIII al XIX, centró la atención en lo
fundamental: «Lo que más nos preocupa ahora es el problema de la
consolidación de la estructura del baluarte, porque tiene
derrumbamientos, hundimientos y problemas serios que hay que
atajar». «Este era el objetivo prioritario de la intervención, y lo
que vamos a hacer ahora es terminar de estudiarlo, documentarlo,
consolidar las estructuras y ver hasta qué punto garantizamos la
estabilidad del muro».
Fernando Cobos aseguró que «hay muchos indicios de que pueda ser
un sistema contramina, aprovechado después como refugio. Pero no
confirmo aún nada; somos científicos y tenemos que hacer un trabajo
de exploración y documentación científica». «De todas formas,
insisto, no hemos abierto el baluarte por tres sitios (el último
esta mañana, por ayer) para buscar una galería contramina, sino
para ver cuál es el problema que tenemos dentro del baluarte».
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