«Winkel/Fläche/Raum. Cuadro 89-26», 1989, de Erwin Bechtold.

Sus nombres están unidos a los de otros creadores de renombre internacional como Yves Klein, Yannick Vu y Ben Jakober, Tom Carr, Humberto Rivas, Eva Lootz, Sean Scully, Jana Sterbak y Fernando Zóbel, entre otros. El motivo: la exposición «Extranjeros. Los otros artistas españoles», recién inaugurada en el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente (Segovia) y que permanecerá abierta hasta el próximo día 15 de septiembre.

La muestra pretende, según la directora del museo, Ana Martínez de Aguilar, «constituir un panorama del arte internacional realizado en nuestro país y que fundamentalmente analiza las relaciones del arte español con el arte internacional a través de la presencia en España de artistas extranjeros desde mediados del siglo XX».

Es en este contexto en el que se presentan en Segovia Erwin Bechtold, Will Faber, Mati Klarwein y Wolf Vostell. Pero la importancia de las Pitiüses en esa relación española con el arte internacional a la que se refiere Martínez de Aguilar se define, además, en el texto «Ydioma universal de la pintura», escrito por José María Parreño para el catálogo de la exposición. En el mismo, Parreño cita a Daniel Giralt Miracle, quien asegura que Bechtold realizó, tras llegar a Barcelona en 1950, «una decisiva aportación al informalismo catalán y a la pintura española». El pintor alemán se instaló en Eivissa en 1954.

Por otra parte, Parreño también destaca la creación en la década de los cincuenta de varios grupos de artistas «cuyo denominador común era estar formados exclusiva o casi exclusivamente por extranjeros».