El Rey inauguró ayer la 21 edición de Arco, Feria Internacional de
Arte Contemporáneo de Madrid, una cita con la creación de
vanguardia a la que también asistió a una comida el duque Lugo. En
esta comida el coleccionista catalán Rafael Tous, que posee gran
cantidad de obra de artistas mallorquines, recibió la «A» por su
labor. La feria, que tiene como país invitado a Australia, se abre
con «serenidad» y un «optimismo moderado» frente al mercado, como
explicó la directora, Rosina Gómez Baeza. Siete galerías de Balears
han viajado al parque ferial, donde también asisten con sus obras
otros artistas isleños a quienes presentan galeristas de fuera del
archipiélago, tanto nacionales como extranjeros.
Maior, Joan Guaita, Pelaires, Xavier Fiol, Altair, Ferran Cano,
componen la representación de galerias mallorquinas y Van deerVoort
la ibicenca. Todas llevan varias ediciones en su curriculum. El que
se estrena es el Centro Cultural de Andratx; el Ajuntament de
Pollença, invitado por Amigos de Arco; la UIB, en el apartado
institucional de la feria y en el dedicado a las nuevas
teconologías. Artistas como Ramon Canet y Joan Bennàssar exponen en
las galerías Pilar Parra y Trama, respectivamente.
La presencia de don Juan Carlos, que desde hace unos años
inaugura Arco en solitario, se notó mucho antes de la apertura
oficial por las medidas de seguridad. La feria se cerró a la hora
de la comida, durante dos horas, para todo el público excepto para
los expositores, a quienes por megafonía se les pidió que
permaneciesen en sus stand, un hecho inusitado en otras
convocatorias.
Si en los años noventa hubo «mucho dinero que se refugió en el
arte» con intención especulativa, dijo Gómez Baeza, «la situación
ahora es distinta, porque los inversores apoyan el fenómeno
artístico». Las últimas subastas y los buenos resultados de
artistas españoles en el extranjero «que han obtenido récords de
subasta significa buenos datos para el mercado español», añadió la
directora, que también habló de estabilidad y crecimiento de la
economía española como condiciones que, espera, favorezcan la
venta.
Los galeristas Ferran Cano, Pep Pinya, Jerònima Martínez y la
ibicenca Caty Verdera, veteranos en Arco, se mostraban espectantes
pero optimistas. Han acudido a otras ferias europeas y saben como
va el mercado. «Los inversionistas importantes se van a los grandes
maestros y el coleccionista más joven al arte emergente de calidad,
los artistas del futuro», dijo Pinya. Cano, que estuvo en París y
Berlín, habla de «incógnita», Martínez ya mantuvo contacto con
representantes de grandes colecciones.
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