La relación entre el territorio y el patrimonio cultural, a través
del aprovechamiento que del primero realiza la sociedad, fue el eje
sobre el que Benjamí Costa, conservador del Museu Arqueològic
d'Eivissa, ofreció ayer en Can Ventosa la conferencia «Patrimoni i
territori», que forma parte del ciclo de la Fundació 'la Caixa' «El
patrimoni cultural».
Costa centró su exposición en la Prehistoria y las épocas
púnicas y romanas en Eivissa, señalando que la llegada de los
fenicios supuso una concentración alrededor de la bahía de Eivissa,
a la que siguió una «irradiación hacia el mundo rural, pero no
concéntrica, sino ocupando áreas concretas que pueden ser
explotadas».
Una segunda colonización púnicas provocó la «práctica ocupación
integral de la isla que situó el territorio en el máximo de su
capacidad». Una capacidad que, según Costa, fue llevada al límite
durante las Guerras Púnicas, que supusieron «un sobreesfuerzo
productivo para apoyar la causa de Cartago». Esta situación, señaló
Costa, provocó que algunos centros de producción se abandonaran al
considerarlos agotados».
Para analizar la ocupación del territorio pitiuso en la
antigüedad, Costa apuntó que en la isla hay zonas más estudiadas,
como Cala d'Hort y el Pla de Vila, mientras que otras se encuentran
en pleno proceso de investigación, caso de es Pou d'es Lleó. «Ahora
podemos comenzar a trazar las líneas generales de esas
ocupaciones», añadió.
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