«Reflexiones arquitectónicas diversas» fue el título de la
conferencia que ayer ofreció en Can Llaneres, demarcación pitiusa
del Col·legi Oficial d'Arquitectes, el arquitecto y catedrático
José María Torres Nadal (Cieza, Murcia, 1947), con la cual fue
clausurada la sexta edición del Taller d'Arquitectura Illes
Balears, coordinado por Pep Vich y que por primera vez se celebró
en Eivissa. Torres Nadal habló sobre los cambios sufridos por la
arquitectura en los últimos años y su aplicáción en la práctica a
través de su experiencia personal. Según Torres Nadal, la
arquitectura vive en nuestros días «el planteamiento de una nueva
situación cultural que también tiene que ver con los cambios
tecnológicos y que ha modificado el modo degenerar los proyectos».
Para este profesional, «la pluralidad de lecturas ha obligado a
entender el espacio no como una finalidad lineal del proyecto, sino
a nivel de sensaciones, realidad de confort y otros datos que
figuraban años atrás en un segundo plano». Esta nueva percepción de
la arquitectura tiene que ver, a modo de ver del conferenciante,
con la «ingerencia» en la profesión de datos que no proceden
estrictamente de la arquitectura, como pueden ser aspectos
sociales, políticos, en incluso de raza o credo religioso. «La
arquitectura -asegura Torres Nadal- debe responder a nuevos tipos
sociales y a la cultura contemporánea a través de la aceptación de
otras reflexiones».
En este sentido, el arquitecto explica que uno de los factores
primordiales en este cambio es el flujo de información, «un aspecto
muy positivo para la arquitectura», según su punto de vista. «La
información es más compleja, pero también más completa, y ha
permitido que ya no sea tan importante la investigación
arquitectónica sino cómo se genera dicha investigación». En este
sentido, Torres Nadal se refiere a proyectos como el Guggenheim
bilbaíno como «una obra que fija un momento muy concreto de dicho
proceso de investigación». «Es el mejor resultado para ese momento,
pero no hay que dudar que si el autor prosiguiera su labor sobre el
mismo proyecto durante diez años más el resultado podría llegar a
ser muy distinto», apunta.
El intercambio de ideas con otras disciplinas, los flujos de
información y las novedades tecnológicas, añade, permiten que la
arquitectura avance más rápidamente. «Hoy se habla de zinc o de
magnesio, materiales que hace cinco años no hubiésemos imaginado
como utilizables en arquitectura», reconoce. «En esta época se ha
roto el concepto lineal de producción de la arquitectura
-finaliza-, produciéndose un proceso en el que la intensidad de la
creación joven se fusiona con la profundidad de lo antiguo».
La importancia de los talleres en los nuevos proyectos
arquitectónicos
Torres Nadal se refirió al papel que desempeñan los talleres de
arquitectura en la evolución de esta disciplina, aprovechando la
clausura del Taller Illes Balears. «El valor de los talleres
-asegura el arquitecto- es la creación de microespacios de trabajo
que generan un gran flujo de información, sobre la que se puede
volver para expandirla». En este sentido, el conferenciante afirma
que «segundas aproximaciones permiten redibujar nuevas realidades,
conformando proyectos modernos más consistentes y completos». Pero
no todo es de color de rosa. A la hora de aplicar estas nuevas
tendencias arquitectónicas, Torres Nadal reconoce el choque que
suele producirse con los promotores de las obras. «Hay que regatear
mucho, ya que la construcción es uno de los principales sectores
productivos pero también está entre los más reaccionarios». De este
modo, la llegada de estos nuevos conceptos debe hacerse a escala de
«microespacios».
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