Antoni Llull es uno de los principales estudiosos de la obra de Antoni Maria Alcover.

«Bruixat per la llengua. La història de l'obra del Diccionari en paraules de Mn. Alcover» es el título de la antología de textos escritos por Antoni Maria Alcover que ha recogido y analizado Antoni Llull, natural de Manacor y estudioso de la vida y la obra del autor del Diccionari català-valencià- balear desde hace veinte años. El libro, que se publicará este mes y ha contado con la colaboración de la Fundació Pública Antoni Maria Alcover, contiene un total de ciento cincuenta textos, ordenados cronológicamente, referentes a la elaboración de la obra más importante de Alcover: el mencionado Diccionari.

Cartas al lexicólogo Marià Aguiló, artículos publicados a principios del pasado siglo en el Botlletí del Diccionari de la Llengua Catalana o en el semanario «L'Aurora» y fragmentos de la misma Lletra de Convit escrita por Alcover son algunos de los tesoros recopilados por Llull para explicar, «en palabras del mismo Alcover», las curiosidades y obstáculos que le acompañaron en esta tarea. Del primer al último texto analizado hay un periodo de cincuenta años, tiempo que el religioso empleó en la investigación filológica de la lengua catalana.

Los diferentes fragmentos de la obra de Alcover contenidos en el libro de Llull, cuyo título hace referencia al embrujo que sentía Alcover por el catalán, son también «un ejemplo de la diversidad de los registros lingüísticos que dominaba el párroco -explica Llull-, porque Alcover fue, no sólo un gran estudioso, sino también un hombre polémico que usaba un vocabulario muy directo, payés, folklórico y popular para llegar a la gente».

Los elementos más curiosos de esta recopilación, según su autor, son los fragmentos del dietario que escribió durante sus viajes a los pueblos de habla catalana, que Alcover denominaba «eixides filològiques». «En estos escritos -relata Llull-, Alcover narra muchas anécdotas de sus estancias en los pueblos, como recogía de viva voz las expresiones y qué uso hacía de ellas la gente de cada zona». Pese a todo, Llull cree que lo más admirable del autor del Diccionari y que, en parte, queda reflejado en el libro, es «el poder de involucrar a la gente en una tarea imposible como era la de recoger todo el léxico de todas las comarcas en las que se hablaba catalán y recopilar también los referentes a todos los escritos publicados en catalán desde el siglo XII».

Las fichas de Eivissa
En la conferencia pronunciada por Isidor Marí el pasado 24 de septiembre en el Consell, dentro de los actos programados en el Any Alcover, el escritor y filólogo ibicenco recordaba haber visto entre los papeles de Isidor Macabich «carnets con las fichas para que los colaboradores enviaran las palabras con la definición, el contexto, la transcripción fonética y otras particularidades». Marí supone que debía haber centenares de fichas ibicencas, aunque aseguró que seguirles el rastro «sería una labor de chinos».