La sede del Museu Arqueológic permanece cerrada desde hace cinco años.

Parece que la situación en la que se encuentra el Museu Monogràfic del Puig d'es Molins (el cual pertenece al Estado y cuya gestión está en manos del Govern balear) desde hace varios años ha empezado a colmar vasos y paciencias. Cada vez son más las voces que se alzan dentro del entorno del Museu Arqueològic en contra del estado de las instalaciones y reclamando una solución que parece no llegar y que se dilata peligrosamente en el tiempo. De hecho, el director de la institución, Jordi Fernández, viajó ayer a Madrid para mantener una reunión en la que debía tratarse la situación actual del museo, ubicado en pleno Patrimonio de la Humanidad.

El boletín del cuarto trimestre de la Associació d'Amics del Museu Arqueològic ha sido uno de los vehículos escogidos para poner sobre el papel el malestar que les invade al ver que nada parece progresar. En un duro editorial, los portavoces de la asociación recalcan que el inmueble lleva cerrado cinco años «a pesar de los esfuerzos de sus responsables en solventar esta anómala situación». En el texto se señala la antigüedad de los problemas «en un museo que está a punto de cumplir cien años de historia». «Lamentablemente -continúa- los objetos del museo no votan, no protestan, no se quejan».

Entre los puntos sobre los que la asociación realiza un mayor énfasis se encuentra el de la falta de un gabinete didáctico que permita elaborar los programas pedagógicos necesarios para las visitas escolares. «Demandamos la consolidación de este gabinete mediante la creación y dotación de la correspondiente plaza o la contratación de un técnico que a lo largo de todo el año pueda programar y organizar las visitas y confeccionar el material necesario», agregan. El pasado curso escolar, visitaron el museo un total de 2.885 estudiantes, atendidos tan sólo por un monitor contratado periódicamente.

Pero, para la asociacion, ésta es sólo la punta del iceberg. Desde el boletín se denuncia la falta de un técnico en restauración, «a pesar de contar el museo con varios miles de objetos en sus fondos». Esta falta obliga a que el Museu Arqueològic tenga que contratar temporalmente a un técnico o a confiar las piezas a tratar a instituciones de fuera de la isla. Asimismo, la escasez de personal con la que actualmente batalla el Museu Arqueològic afecta también al personal técnico que debería colaborar en la ordenación de los fondos o en la biblioteca, con más de 16.400 volúmenes en su haber y sin una persona que pueda dedicar su tiempo a atenderla correctamente.